“Vivir es increíble” fue el eslogan que reunió a 40 mil personas en el festival Pulso GNP, donde además de disfrutar de la música y las distintas actividades programadas, tuvieron que sortear un paraje de basura que se hacía presente en diversos espacios, altos precios y largas filas de gente esperando ser atendida.
En punto de las 13:00 horas, el público, integrado en su mayoría por jóvenes, llegó de manera paulatina al Antiguo aeropuerto de Querétaro, luego de eludir los ríos de automóviles que se desbordaron rumbo a la sede.
La situación provocó que se enfrentaran no sólo a tránsito lento, sino también al incremento de los precios del servicio de transporte, realizado principalmente por taxistas, que aprovechando el caos vial buscaron incluso cambiar el concepto de cobro de distancia por tiempo, de acuerdo con el testimonio de algunos usuarios.
Una vez en las instalaciones, la temperatura de más de 30ºC desató la sed de los asistentes, quienes en las distintas zonas de bebidas, se encontraron con otro problema de logística, que imposibilitó que la atención se realizara con diligencia, tardando hasta 30 minutos para poder comprar una cerveza.
Lo anterior generó descontento generalizado, ya que el espectáculo de cada una de las bandas no superaba los 40 minutos, por lo que algunas personas se tuvieron que resignar a bailar y cantar los temas mientras “hacían cola”.
“Hay muchas colas en todas partes, tanto en los baños como en la zona de cervezas. Les sugeriría que para la próxima contrataran más gente encargada de administrar estos espacios”, compartió Diana González, quien viajó desde la Ciudad de México.
A su vez, José González señaló que además del problema con la atención, encontró pocos puestos de comida y una mala distribución de los espacios. “Aplaudo la cercanía de los escenarios, pero hay muchas colas y pocos puestos de comida, se acabó todo muy pronto, cuando para el espacio VIP se designó un área muy grande que podría utilizarse para resolver ésta situación”, indicó.
En torno a los escenarios, los asistentes cantaron y bailaron jubilosamente sobre miles de vasos de plástico, colillas de cigarro y diferentes tipos de basura, que fueron acrecentando su número con la presentación de cada nueva banda.
Al respecto, Jessica Martel, de Querétaro, opinó que aunque los organizadores buscaron crear conciencia sobre la basura con un vaso de otro material, no promovieron su uso adecuadamente y consideró que si en la próxima edición se diseñara un vaso reutilizable conmemorativo del festival, podría evitarse el deshecho.
“Estuvo padre la iniciativa de los vasos de cebada, pero al final no se reusaron y se terminó generando más basura. Si cada quien trajera el suyo y se lo apropiara por el diseño, no habría tantos vasos tirados”, dijo.
Por otra parte, las altas temperaturas registradas durante el día —hasta 34 ºC—, combinadas con el consumo de alcohol, sumaron más de 188 casos de deshidratación, congestión alcohólica y cefaleas, de acuerdo con el equipo de paramédicos privado, contratado para atender cualquier eventualidad durante el festival.
“Se han presentado situaciones de congestión alcohólica, cefalea y deshidratación, más que nada. Hasta el momento llevamos un registro aproximado de 188 casos, entre los tres puestos que tenemos en el evento”, señaló el paramédico representante de Idaly Medical Querétaro.
Pese a los problemas logísticos, los asistentes se vieron compensados con la participación de las bandas más esperadas: Café Tacvba y MGMT, quienes los mantuvieron en un pulso musical continuo a través de sus diferentes propuestas sonoras.
Rubén Albarrán, Emmanuel del Real, José y Enrique Rangel se abrieron paso con la canción “Futuro”, para seguir con clásicos como “Chilanga Banda”, “Cómo te extraño” y “Eres”, entre otras más, para cerrar con “El baile y el salón”.
Entre cada interpretación, Albarrán compartió mensajes a los espectadores, dirigidos a la conciencia social, ambiental y al próximo proceso electoral, incentivando a la participación ciudadana. “La democracia la hacemos cuando actuamos en relación a nuestra comunidad, a nuestra sociedad. Y debemos de hacerlo, porque si le dejamos las llaves de nuestra casa a esos bandidos pues obviamente hacen lo que han venido haciendo todo el tiempo (…) tenemos que tomar las riendas en nuestras manos y decidir”, compartió.
Más tarde, entre luces de colores y pedaleando una bici fija, Andrew VanWyngarden, el vocalista de la banda estadounidense MGMT, inició la presentación interpretando “She Works out too much”, que motivó el vitoreo, los aplausos y los saltos eufóricos de sus seguidores, quienes pese a encontrarse a unos minutos de la media noche, se movían enérgicos al compás de temas como “Electric Feel”, “Kids” y “Time to pretend”.