Las ofertas y técnicas para ofrecer juguetes a veces pueden ser engañosas, por ello, a continuación les damos algunos consejos para no cometer los errores clásicos.
Es muy común que las grandes tiendas departamentales ostenten supuestas rebajas y dejarse llevar por el engaño, sin embargo, una opción para comprobar que el precio realmente está por debajo, es buscando en Internet el costo de referencia, ya que muchas veces no se tiene el antecedente.
Para hacer feliz a un niño no es necesario colmarlo de cinco o seis regalos, ya que con una buena selección de dos o máximo tres obsequios puede enfocarse en divertirse con estos y de esta forma se estará incentivando a desarrollar también otras habilidades como la concentración y a valorar de poco a poco.
El juego también es una forma de educar, es decir, si lo que se quiere inculcar en los pequeños es el desarrollo de su creatividad, lo ideal es obsequiarles kits de arte para dibujar y pintar. De acuerdo con las preferencias siempre hay una forma de incentivarlos como rompecabezas, juegos de ajedrez, etcétera.
Estas noches la ciudad está repleta, por lo que no deben olvidarse las clásicas precauciones como no dejar ver el dinero que se lleva en la billetera, dejar el carro en un estacionamiento seguro y no llevar las compras a éste antes de retirarse para evitar robos o cristalizos.
Comprar los regalos en los mercados locales o bien, con la vecina que está vendiendo juguetes es una forma de incentivar el consumo local, más allá de las grandes tiendas. De esta manera se apoya procurando que el dinero permanezca en los mismos círculos económicos.
Es muy común que al empezar a ver juguetes, variedades y colores, los costos vayan subiendo con respecto al modelo o los beneficios de éste, sobre todo si se trata de juguetes tecnológicos, pero lo importante es evaluar qué tanto lo requiere o lo utilizará el niño y no exceder por mucho el presupuesto que se tenía contemplado desde un inicio.