Un concepto de calidad de origen, así como la certeza de llevar a las mesas excelentes propuestas en precio y calidad son los estandartes con los que la DOCa Rioja continúa su ruta en la apertura y fortalecimiento de mercados más allá de las fronteras españolas, advierte Ricardo Aguiriano, director de Marketing y Comunicación del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Calificada (DOCa) Rioja, en el marco de su reciente visita a México.
"Queremos que los consumidores estén convencidos de la calidad de nuestros productos. De ahí las exigencias reglamentarias y el uso de herramientas como las bandas holográficas en las botellas, certificando que no se trata de falsificaciones. También nos hemos abierto a mostrar la gran diversidad de nuestras variedades autóctonas, como es el caso de la Tempranillo blanco, Malvasía, Garnacha y Graciano, entre otras. Además, en el panorama riojano hay estupendos productos acordes con las grandes ocasiones, pero también para encuentros más sencillos, a precios muy razonables", explica.
Resalta que esta evolución va muy de la mano con la que se ha dado en países como México, donde hay un franco avance de la cultura de vino: "En mercados como el mexicano, es necesario resaltar que no producimos el mismo vino que hace 20 años; hay una modernidad en nuestro trabajo que es afín con los gustos de las nuevas generaciones. Tenemos vinos que van estupendo con las grandes cocinas mexicanas: son amigables, fáciles de beber y además fácilmente maridables. Además de esto, ponemos muy en claro el embotellado de origen, algo que no todas las regiones productoras hacen y pueden hacer."
Por un proyecto común
Uno de los retos para el año 2020 es que la DOCa Rioja sea reconocida como referente de los vinos de calidad, expresa José Luis Lapuente, director general de Consejo Regulador. "Hemos sido una región muy exitosa y como parte de esta propuesta hemos instituido un programa de certificaciones a nivel mundial, de manera que profesionales de distintos países, incluyendo México, formen e informen a la gente del sector restaurantero, sommeliers, estudiantes y público en general, sobre las características y cualidades de nuestras bodegas y nuestros vinos."
Lapuente también indica que es un momento crucial para reconocer y difundir las virtudes del vino como producto cultural y como puntal de la economía. Todo eso nos hace pensar en que hay que ver y apreciar con mayor justicia a esta industria que va en paralelo con un estilo de vida, una forma de alimentación y nutrición, con toda una historia colectiva que expresa firmemente una cultura ancestral. El vino es un eje de actuación y una suma de experiencias e historias. “En el caso de Rioja, no hablamos de una transnacional que puede salir de España de la noche a la mañana, sin dejar huella; está involucrado el pasado de padres y abuelos y el futuro de nuestros hijos," expresa Lapuente. En este sentido, la Rioja busca consolidar la labor de productores y bodegueros para comunicar lo positivo y pleno de la historia de esta región, pues es parte integral de su identidad.”