Cancún.— Un avión que se accidenta en una isla desierta es, primeramente, una desgracia.

Luego puede ser la noticia más leída o hasta la inspiración para crear una serie sobrenatural tan exitosa como Lost. Lo que no era tan común es que algo así causara tantas risas.

“La tragedia a veces es tan poderosa que nos reímos de ella”, reconoce Justin Shipley quien, junto con su hermano Jordan, tuvo la idea de retomar este drama para mofarse de él en la serie Wrecked, que se estrena el 19 de octubre a las 22:30 horas por TBS.

“Éramos muy fans de Lost pero un día notamos lo curioso que resulta que de entre esas 40 personas varadas en una isla había unas tan habilidosas: un hombre ecuánime y guapo, un grupo de personas muy inteligentes... pensamos que si algo así nos pasara a nosotros, sería horrible o muy gracioso”.

La tesis de esta comedia es la misma de la serie que batió récords de 2004 a 2010: un grupo de personas queda desamparado en una isla tras caer su avión. La diferencia: en Wrecked, los náufragos son tan comunes que cometen errores que a todos podrían ocurrirnos.

En una de las escenas del piloto, un hombre de negocios —que se encuentra entre el grupo de desaparecidos— va a orinar cuando advierte que su celular tiene señal momentánea, como está a punto de perder la batería y la recepción, pide a sus compañeros que recuerden un número telefónico.

“¿Quién sabe ahora un número telefónico de memoria?”, se pregunta el actor Asif Ali, quien interpreta a este personaje llamado Pack Hara. “Eso es lo divertido, todos nos identificamos con ellos porque actuamos raros cuando nos sacan de nuestra realidad. A mí me dio mucha risa esta escena, además de que hice famoso a mi pene”, dice con risas.

¿Nos gusta el american humor?

La respuesta a esa pregunta, para Zach Cregger, otro miembro del reparto, es que sí y cada vez más. El actor ve un aumento en el humor estadounidense en seguidores latinoamericanos, aunque no considera que la comedia deba etiquetarse por su nacionalidad sino por su calidad.

“Algo tiene que ver el Internet, en especial YouTube, porque los jóvenes encuentran lo que quieren y deciden qué quieren ver. Los shows estadounidenses gustan porque son buenos, estamos obsesionados con entretener y reírnos de todo”.

La actriz Brooke Dillman interpreta a una mujer fuerte a la que todos le temen pero que termina resolviendo los problemas a su manera: en una escena decide cocinar algunos cadáveres; a esto ella le llama “humor del absurdo”, que enclava en el estilo estadounidense.

Su compañero, Brian Sacca —un tipo con sobrepeso que intenta resolver todo con su poca habilidad— coincide en que hay diferencias entre lo que hace reír a los estadounidenses y a los latinoamericanos. En su percepción, nuestra región privilegia la comedia física (slapsticky): gente que se cae, golpea, que gesticula, etcétera.

“Creo que el entretenimiento es un escape para todos sin importar tu nacionalidad. Esta historia puede gustarle a cualquiera sin importar su región, porque es divertida y cualquiera se identifica con algún personaje”, considera el actor.

Lo importante de abrir las fronteras del humor es que los creadores pueden seguir experimentando sin pensar en una fórmula definida, coincide el guionista Jordan Shipley. “En Estados Unidos hay buenos y malos comediantes, tanto como en México hay buenos y malos cineastas. Lo importante es que cuando uno escriba no lo haga por nacionalidad, que no sea para un afroamericano o un asiático sino que sea universal”.

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