“En el ambiente de las antigüedades hay para todos los gustos, para gente grande y jóvenes, porque ahora hay mucho joven interesado en esto”, asegura Rosa María Espectia, dueña del bazar La Vitrola, un lugar donde se compran y venden antigüedades, desde bisutería, cámaras fotográficas y cinematográficas, hasta muebles decorados con hoja de oro.
Esta tienda anteriormente se ubicaba en la calle Independencia (cerca del Jardín del Arte), pero desde hace dos meses se encuentra en el número 29 de la calle Venustiano Carranza, en donde comparte una casona con 10 anticuarios más.
Pero como este tianguis, el cual ofrece sus productos los sábados y domingos, ya se ha vuelto una tradición que recibe a clientes procedentes de Monterrey, San Luis Potosí, Guadalajara, Puebla, Distrito federal, Toluca y demás zonas del bajío, ahora en el mismo patio de la casona los vendedores colocan sus puestos para comercializar sus objetos más antiguos, en compañía de cinco anticuarios más.
Sin embargo, ¿cuáles son los objetos que se venden en este lugar? “De todo”, afirma Rosa María. ¿Y quiénes acuden a comprar? “Coleccionistas, gente que está interesada en alguna pieza en específico, como las cámaras de foto, cine y últimamente mucho joven”, responde.