Tiene una colección de 50 cámaras antiguas, pero la fotografía es sólo una de las inquietudes de Alejandro Echeverría, porque en su casa conserva objetos dignos de un museo, como la réplica de un Sputnik (primer satélite artificial de la historia), meteoritos, y una impresora 3D, porque dice que en un futuro todos tendrán una máquina similar para crear su medicina.

Es originario de la ciudad de México, la primera vez que llegó a Querétaro fue en 1986 para estudiar en la escuela de artes gráficas que estaba en el ex convento de Santa Rosa de Viterbo, cuando la institución era guiada por docentes italianos que ofrecían una beca de estudios al extranjero, pero al salirse los italianos se acabaron las becas y Alejandro decidió emigrar.

En 2004, regresó a Querétaro con la finalidad de reconstruir su casa y llenarla de objetos que inspiran su curiosidad por la ciencia y el diseño gráfico, como un sistema solar mecánico, maquetas de aviones, fósiles de moluscos, un traje de piloto de prueba, meteoritos rusos, argentinos y estadounidenses, una réplica del telescopio de Galileo Galilei, cámaras fotográficas, radios antiguos, además de diversas pinturas y caricaturas que ha creado sobre personajes queretanos.

Estos objetos los conserva para crear un museo, un proyecto que ya había sido adoptado por una importante universidad de Querétaro, pero que al final se desentendieron del objetivo que planteó Alejandro, que es el de crear un espacio en donde la “gente puede admirar piezas reales y que las cosas cuenten su propia historia”. Por lo que ahora espera que alguna otra institución se interese en exhibir en un museo la colección científica que tiene reunida y las nuevas piezas que está armando, porque si algo tiene es la curiosidad por la creación.

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