Mucho se ha dicho acerca del plátano, que si tiene azúcar, almidones y que es mejor no comerlo si quieres bajar de peso. Afortunadamente, los avances en el ámbito de la nutrición aconsejan probar de todo poniendo atención en las cantidades.
Los beneficios de esta fruta están a la vista, su sabor es dulce y delicioso, rico en potasio, hierro, ácido fólico, vitaminas C y B6, con grandes beneficios minerales. Además, tiene sólo 100 calorías, excelente combinación de energía, minerales y vitaminas que lo convierten en un alimento indispensable en cualquier dieta por su aporte de energía
Por su contenido en potasio y bajo en sal es ideal para combatir la presión arterial; la Food and Drug Administration de los Estados Unidos (FDA) permite que la industria bananera se anuncie con esta información porque es una fruta con gran potencial para reducir riesgos de infarto y alta presión.
Árbol frutal extraordinario
En la India nombran al árbol del plátano como “la fruta de los sabios” porque en él, ilustres pensadores hindúes meditaban bajo su sombra.
A su llegada a México en el siglo XVI, el país se convirtió en un gran productor y a la fecha se produce en abundancia en Veracruz, Chiapas, Campeche, Oaxaca, Guerrero y particularmente en Tabasco. Con la basta producción su uso es muy extenso y se come relleno, en masa, frito, cocido, asado, evaporado, prensado, horneado, como fruto fresco, golosina, postre y con cereal.
En mercados y supermercados de nuestro país se venden dos tipos de plátanos dominicos que miden 3 centímetros y 6 centímetros respectivamente, el de Tabasco, macho de 30 centímetros, manzano y morado. Con ellos se usa para crear infinidad de guisos como al vapor para guarnición o postre, los de Chiapas que llaman “tortitas” rellenos de queso fresco o frijoles que pueden ser fritos, entre otras delicias que han conquistado los paladares más exigentes.