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Si alguien quiere saber las distintas etapas de lo femenino en la última centuria, basta echarle una mirada a las películas de Disney, la empresa líder de dibujos animados en el cine.
EL UNIVERSAL presenta 10 ejemplos de ello, adhiriendo Pixar, ya propiedad Disney.
1. En busca del príncipe azul
Blancanieves, primer gran trancazo de los estudios, que mostraba a la protagonista como ama de casa, atendiendo a un gupo de hombres, a cambio de tener hogar.
Cenicienta, sólo pensaba en casarse con el chico de sus sueños. Si era con el príncipe, mejor.
2. Madres abnegadas
Bambi y Dumbo. Personajes femeninos que luchan por el bienestar del hijo, aunque ellas deban sufrir. La primera muere a manos de un cazador, la otra es encerrada tras atacar a un grupo de niños.
3. ¿Rebelde con causa?
La dama y el vagabundo se hizo en los albores de la liberación femenina (1955). Una perrita de la alta sociedad se divierte con un callejero. Al final se convierten en pareja, tienen gran cantidad de cachorros.
4. Cerebro antes que nada
La bella y la bestia mostró, en 1991, que las mujeres inteligentes comenzaban a asaltar a la casa Disney. La protagonista gusta de la lectura y todo se cuestiona, dejando abajo el concepto de belleza y grandes propiedades.
5. El dinero no la convence
La protagonista de Aladinn tuvo algo claro: por qué quedarse con un hombre impuesto, si ella es princesa y no le hace falta riqueza o que alguien la proteja. Dice no a varios pretendientes y termina con el que más le convence y gusta.
6. Sin final feliz
La vida es cruel y no siempre es como se quisiera. Pocahontas desafía los deseos de su padre, de casarse con un guerrero. Ella prefiere a John Smith, quien herido, regresa a Inglaterra y no hay final feliz.
7. Cuidado con ellas
En El jorabado de Notre Dame una mujer, más que preocupada por el amor, le interesa la justicia.
En Hércules, la mujer traiciona al héroe mitológico y lanza una frase contundente: “Los hombres creen que un lárgate significa, quédate, soy tuya”. En Wall-E, basta ver a Eva en acción.
8. Pelear como hombres
En 1998 terminaba la idea de lucha de géneros. Mulan representa al primer travestido de Disney, con una mujer comportándose como hombre con el fin de lograr su objetivo. Con Brave (2012) que abiertamente dice no a la boda, quedó asentada una nueva faceta.
9. Para qué enamorarse
Todo queda en una buena amistad. Doris, pecesita distraida de Buscando a Nemo, “decide” cómo llegar a donde está, y jamás muestra interés en ser protagonista.
10. Qué harías sin ella
En Up, ella es la aventurera, la parlanchina, la que lleva el hogar y, al mismo tiempo, quien le acomoda la corbata o lo ayuda a subir la montaña. Un hueco muy grande deja con su muerte.
De Mujer Maravilla al espacio
Atrás ha quedado el prototipo de la mujer tonta en el cine. Ya no hay más Marilyn Monroe como en Los caballeros las prefieren rubias, donde el personaje tenía voz infantil y se deslumbraba con cualquier comentario masculino.
A partir de los 70, el rol de la mujer brincó a otros niveles: guerrera en Star Wars; seudoabogada que derrota a una gran empresa en Erin Brocovich; científica en Contacto o ladrona en Los ilusionistas.
También se encuentra la escritora inteligente sexy y violenta de Bajos instintos; la crueldad materna en Precious, la asesina de Kill Bill o la agente que derrota a Osama bin Laden en La noche más oscura.
Los personajes femeninos fuertes, que logran sostener una historia sin ser comparsas o reactivas únicamente a los deseos de los hombres, también abundan.
Basta ver a Angelina Jolie en Salt; Jennifer Lawrence en Los juegos del hambre y la española Penélope Cruz en Bandidas.
Hasta las heroínas de cómic han logrado sacar su lado oscuro, siendo Gatúbela y Black Widow, ya con película propia en puerta, los ejemplos claros de que también son humanos y se volvieron violentas.
También se acabó la imagen de que lo femenino y el cabello largo eran sinónimo de belleza para retratar en cine.
En EU, la ganadora del Oscar, Anne Hathaway aceptó raparse para Los miserables, aunque sólo aparecería unos cuantos minutos y en México lo hizo Bárbara Mori para Cosas insignificantes.
¿Y qué pensar de las adolescentes que todo mundo cree son dulces, pero en realidad son una máquina de matar? Spring breakers con Vanessa Hudges y Selena Gomez, responde. Recientemente se estrenó la película de acción Olimpo bajo fuego en donde la secretaría de defensa (Angela Bassett) es quien toma las decisiones y toda responsabilidad para acabar con el ataque a la Casa Blanca.
Van de productoras
En las últimas dos décadas la mujer ha entrado con fuerza atrás de las cámaras.
En el extranjero, Kathryn Bigelow y Sofía Coppola son ejemplos representativos. La primera le ganó el Oscar a su ex esposo, James Cameron, con su ópera prima Zona de miedo. La otra obtuvo dicha estatuilla por el guión de Perdidos en Tokio. Ella brincó de ser actriz en El Padrino III a una de las principales cinestas del orbe.
En 1999 la comunidad lésbico-gay celebró la llegada de Kimberly Peirce con su ópera prima, Los muchachos no lloran.
Ese mismo año, la veracruzana Salma Hayek comenzó a imaginarse como directora de cine y preparó El milagro de Maldonado, que únicamente llegó a televisión estadounidense y en DVD, a México. Pero ese fue el inicio de su camino atrás de las cámarás, donde ha explotado su faceta de productora con Frida, Ugly Betty y la cinta animada El profeta, de próximo estreno.
Un camino similar lo tomó su coterránea Ana de la Reguera, con su participación en la versión cinematográfica de Las Aparicio, a lanzarse este año a salas y la quintanoarroense Ana Claudia Talancón, quien se estrenó con la serie televisiva Soy tu fan.
Martha Higareda, a sus 30 años, ya lleva dos películas como productora, incluyendo el éxito Cásese quien pueda, que anda por los 3 millones de espectadores en tres semanas de exhibición.
En el rubro de la producción también se encuentran las hollywoodenses Angelina Jolie con Maléfica, que estrenará en verano y Drew Barrymore, quien prácticvamente levantó el regreso de Los ángeles de Charlie.
En las escuelas de cine el impacto también se ve. De acuerdo con un estudio en Latinoamerica, de tres a cuatro mujeres, en un grupo de 10 a 15 alumnos, conforman cada generación.
