Estudió medicina pero el deseo más grande de Édgar Vivar era ser actor, por lo que realizó teatro experimental, luego saltó a hacer comerciales, y un día le llamó Roberto Gómez Bolaños, Chespirito, y ahí comenzó la entrañable historia del Señor Barriga, Ñoño y El Botija.
En el último día de actividades, Luis Gantús, director de contenido de la CONQUE, y René Franco, director general de la convención, recibieron en el escenario del Teatro Metropolitano a Édgar Vivar; poco fue el público que se congregó al homenaje, pero sus aplausos fueron tantos que conmovieron al actor.
Ni la fama ni los beneficios económicos que le dejó su carrera, son comparados con el cariño del público, dijo Vivar. En la charla que sostuvo con Gantús y Franco, el homenajeado recordó su relación con los actores de El Chavo del Ocho.
Como un gran amigo se refirió a Ramón Valdés; la relación con Chespirito la describió como una amistad muy sincera y de respeto, pero no fue lo mismo con Florinda Meza, “era muy perfeccionista, se exigía mucho, se ponía ella la vara muy alta y se la ponía a los demás, entonces eso creaba a veces tensiones con ella. Éramos como una familia, como todas las familias con problemas y diferencias”, evocó el actor.
María Antonieta de las Nieves era una gran amiga para compartir los viajes, Carlos Villagrán fue un gran compañero de trabajo y de Angelines Fernández dijo que era “seca y arista, como buena española”; la actriz era sobreviviente de la guerra española, “muy poca gente sabía de esto, me contó toda su trayectoria artística conoció a García Lorca a los hermanos Álvarez Quintero, a Jacinto Benavente, conversar con ella era a otro nivel, había convivido con mucho intelectual español”.
Franco le preguntó que si de tanto pelotazo no le quedaron lesiones, y Vivar contestó que sí. El problema que hoy tiene de rodilla es a causa de esos golpes y caídas que se ven en los programas de televisión, también se rompió el codo en la filmación de El Chanfle.
Una persona del público recordó una añeja visita a Querétaro, cuando interpretó a Sancho Panza en La ínsula Barataria, “uno de mis trabajos más entrañables que hice en teatro”, dijo. También rememoró su trabajo de doblaje y el momento en que Guillermo del Toro, hoy ganador del Oscar, lo invitó a actuar en El orfanato.
“Guillermo del Toro también es mi amigo, nos permitimos trabajar juntos, un día en Televisa él estaba haciendo un programa y yo el mío, nos encontramos, conversamos de cine y me dijo; un día vamos a trabajar juntos y me cumplió 15 años después”, platicó.
Gantús mencionó que Vivar también fue personaje de historieta, cuando El Chavo del Ocho y El Chapulín Colorado salieron en los años 70 en México, todo eso contribuyó a que sus personajes se convirtieran en inolvidables.