QUERÉTARO.— De niño quería ser astronauta o bombero, pero también tenía habilidades para el dibujo, “mi mamá es testigo de los primeros murales que hice en la casa”, dice Alfonso Ruiz, un profesional de la novela gráfica y el cómic, quien pretende reclutar ilustradores interesados en el arte cómic para formar una revista en la ciudad de Querétaro, donde lleva viviendo seis años.

La pasión de Alfonso por este arte se fue desarrollando en la secundaria y preparatoria, cuando comenzó a crear las primeras ilustraciones de cómic, todo de forma autodidacta.

Karmatron, de Oscar González, fue de los primeros cómics en español que Alfonso Ruiz leyó, aunque también fue alimentando su creatividad con otros más, como los clásicos: Tin tin, Batman, Superman y El hombre araña.

Al ingresar a la universidad, en el área de diseño gráfico, conoció gente con los mismos intereses, fue así que surgió Lulú cómics, en donde publicó Limbo, el fanzine de la gente feliz, además de trabajar en portadas de arte de libros para colorear y cajas de juguetes para el sello Walt Disney. Con las producciones creadas en Lulú cómics recorrió las convenciones de Monterrey, Guadalajara y Distrito Federal, principales escaparates del cómic en los años 90.

Actualmente, estas muestras se han extendido a Chihuahua, Villahermosa y Veracruz, pero comenta que la distribución sigue siendo el mayor problema de los creadores del arte cómic. “Hay mucho talento en México, pero hay muy poca cabida para poder producirlo a nivel local, porque la distribución siempre ha sido un impedimento, es una mafia gigantesca, al fin de cuentas siempre terminas trabajando como por amor al arte, porque tienen unas peticiones muy restrictivas”, comenta Alfonso Ruiz.

Su primera vez en Querétaro

La primera ocasión que José Alfonso Ocampo Ruiz visitó Querétaro, fue en 1998, acompañado del ilustrador Ricardo Ruiz Dana, de Guadalajara. La intención de este viaje era realizar una historieta de superhéroes llamada Axon, pero el proyecto “quedó en el limbo”.

En ese mismo año, la sociedad de Lulú cómics se disolvió, y Ruiz creó su propio estudio editorial, Mental Soda Studio’s, trabajando como ilustrador para compañías de México, EU y Europa.

Ha trabajado con las editoriales Fernández Editores, Arcana Studios, Stonearch Books, Hexagon, Semic y Red 5 Comic.

Hace seis años, Alfonso decidió volver a Querétaro para radicar aquí, y en este tiempo no ha encontrado a alguien más que se dedique profesionalmente a trabajar con el cómic.

“Hay mucha gente que dibuja, pero aquí es como más la tendencia a la pintura, algo más clásico, más de academia; no me he topado hasta el momento con artistas profesionales que se dediquen al cómic. Hay gente que les gusta y hay gente que quisieran editar en algún punto, pero de eso a que se dediquen a ello, no”, explica.

El Museo de la Ciudad de Querétaro presentó en agosto dos exposiciones de la obra de este joven artista originario de Tabasco, una de ellas fue hecha por invitación del “Zombie Fest 2012” y la obra por parte de la Biblioteca Infantil.

Con el objetivo de que los pequeños conocieron más sobre el arte cómic, se presentaron los bosquejos originales de las ilustraciones que realizó para la novela The Adventures of Hercules, editado por Stonearch Books, como parte de una colección de historias clásicas.

Además de las aventuras de Hércules, Alfonso ¿también ilustró las novelas de Drácula, de Bram Stoker, Pinocho, de Carlo Collodi, La máquina del tiempo, de H.G. Wells, entre otros cómics e historias de ficción.

El principal problema sobre el trabajo de la novela gráfica (historias narradas con imágenes en secuencia, hechas con el tradicional formato del cómic), es que no son apreciadas por los lectores mexicanos. “Siempre la catalogan o la visualizan como el ‘libro vaquero’, aunque le estás presentando algo de calidad, la gente se queda con la idea errada de que es un ‘libro vaquero’, que es un ‘sensacional’. Ese tipo de revistas que venían para entretener a la gente terminó de dañar muchísimo al medio”.

En el extranjero, las novelas gráficas con arte cómic son muy populares en las librerías y el trabajo es amplio y bien pagado.

Reclutando talentos

Por el momento, Alfonso Ruiz no tiene planeado mudarse de Querétaro, en donde vive con sus dos gatos, Poli y Otelo, que también han formado parte de sus historietas.

Recientemente comenzó una nueva etapa como docente, aunque anteriormente ya había dado algunos talleres, ahora está impartiendo cátedra en una universidad a fin de compartir su experiencia profesional con jóvenes ilustradores y “reclutar nuevo talento para hacer cómics”.

El objetivo es crear una revista cómic con ilustradores radicados en la ciudad de Querétaro, para que conozcan el trabajo que implica la creación y publicación de este género.

La revista presentará historias cortas y él estará supervisando a cada ilustrador, compartiendo secretos y técnicas que ha adquirido en 16 años que lleva trabajando sobre cómic.

“En las instituciones educativas de México no hay una especialización sobre el arte cómic, en Estados Unidos y Europa sí; por ejemplo, en Estados Unidos, las escuelas de arte tienen animación, cómic, arte secuencial; en Europa todas las universidades tienen y es muy bien remunerado y muy bien visto hacer novelas gráficas, lo que sería el equivalente a los cómics”, explica.

Sobre su labor como docente hace énfasis en la preparación del artista mexicano, porque no solamente tiene que competir con otros mexicanos, sino con ilustradores del mercado estadounidense, europeo y japonés. Del futuro que le espera al cómic, Alfonso Ruiz asegura que es prometedor, porque en últimas fechas, las productoras y productores empiezan a buscar superhéroes clásicos de los cómics para adaptar sus historias tanto en cine, series de televisión y videojuegos, y sigue evolucionando, ya que está la tendencia digital para descargarlas en diferentes dispositivos.

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