Como en cada edición, Hay Festival da cabida a temas polémicos y de relevancia social, por lo que en su programa del primer día de actividades celebró un debate bajo el título “Nosotras también: sobre la campaña #MeToo”, misma que fue moderada por Gabriela Jáuregui, quien platicó en exclusiva con EL UNIVERSAL Querétaro sobre la trascendencia de este fenómeno.
Alzar la voz, en vez de callar siempre es algo bueno, y en situaciones como estas, el no callar es el primer paso hacia la justicia, entonces, que se hable de esto es como destapar un tema que ha estado burbujeando y a punto de estallar. Creo que la conversación con respecto al acoso empezó mucho antes de que las mujeres de Hollywood dirigieran el reflector hacia ello, ya que previamente se había preparado mucho el camino con mujeres activistas y con quienes trabajan con víctimas de acoso, por ejemplo, cuando la revista Time publicó una carta de la Alianza Nacional de Campesinas en Estados Unidos, que en su mayoría son mujeres de origen latino —mexicanas y centroamericanas—, denunciando este tipo de acoso y abuso que vivían en camiones, durante la pisca y en sus casas, por lo que se solidarizaron con el movimiento, sin embargo, a diferencia de las celebridades que viven en el glamour, son mujeres a las que nadie ve.
Sí, y es un gran logro, porque ahora no sólo son mujeres sino que cada vez más hombres se dicen feministas, ellos también sufren posturas como el machismo, al no tener cabida sus emociones, sentimientos y su realidad dentro del modelo, por lo que es algo que los limita. El feminismo es una ideología para todo el mundo, con principios de emancipación y pedir justicia, pero sin oprimir a nadie.
En cierta forma creo que está bien, porque al ser pop significa que está muy a la mano y fácil de entender, y en ese sentido lo celebro, sin embargo, lo que me preocupa de la forma en la que se ha tomado ese feminismo, es que se vuelve muy comercial y entra en la lógica capitalista, que al final es la misma ideología que está oprimiendo a las personas, entonces se vuelve algo muy contradictorio, al hacer tazas y playeras. Sin embargo, al tratarse del primer motivo con el puede encontrarse una niña, puede ser positivo y dar pie a buscar un libro; lo malo sería quedarse en una lógica de consumo-moda, donde se perdería el verdadero objetivo.
Me parece un absurdo, y es obvio que en todo el mundo hay mujeres y hombres que mienten, sin embargo, considero que el que salgan a decir las cosas nunca es malo, ni peligroso para la humanidad, y a pesar de los reflectores que se dirigen a estas mujeres glamourosas, es muy difícil que se les crea, y en el caso de ellas incluso tienen los recursos para contratar a un buen abogado. Aunque uno de los primeros casos en resonar fue el de la mucama Nafissatou Diallo, quien denunció a Dominique Strauss- Kahn, director del Fondo Monetario Internacional, quien era conocido como un acosador ,y aunque habían surgido mujeres que lo señalaron anteriormente, fue ella quien logró ser escuchada.
Sí, el poder es algo que se juega en muchos lugares y es una de las situaciones en donde nos pueden creer como humanos, las historias que contamos hacen quienes somos, y el que tiene más poder y espacio para contar las historias es quien va a dominar la narrativa, y los que han sido por los últimos miles de años, han sido los hombres.