Nuevos equipos y plataformas sociales surgen todos los días, cambian la forma en que interactúan los usuarios, pero ¿por qué hay personas que se mantienen al margen de todo desarrollo?
Darío Bermúdez, geógrafo de 30 años, no está en la red social en la que la mayoría de sus amigos sí, Facebook, ni en ninguna otra; la razón: “Prefiero el contacto directo con la gente. No comparto la idea de que estos espacios digitales representan una forma más eficaz de comunicación”.
Bermúdez refiere que las personas se extrañan cuando les dice que no tiene perfiles en estas plataformas, “incluso me han dicho que ‘no existo’”.
En general, sabe cómo operan las comunidades sociales en línea, pero, aun así, no le resultan lo suficientemente seductoras.
“No me mata la idea de subir una foto o expresar un comentario que los demás juzgarán arbitrariamente. La gente ha perdido la noción de lo importante en aras de lo instantáneo”. El profesionista considera que su aproximación con la tecnología no es limitada, de hecho sí tiene un teléfono inteligente con algunas aplicaciones instaladas, como WhatsApp, una para realizar ejercicio físico y otra para tomar fotos panorámicas.
“No estoy al margen, simplemente tomo lo que me interesa y dejo de lado aquello que no me aporta y representa una gran inversión de tiempo, como Facebook y Twitter”.
RESISTENCIA A LO NUEVO
Luis Clemente Jiménez, profesor de la Escuela de Medicina del Tecnológico de Monterrey, afirma que la tecnología representa un medio para realizar las mismas tareas, pero de una manera diferente, lo cual puede generar cierto temor en determinados grupos sociales.
Las personas de más de 40 años, explica, son las que presentan una mayor resistencia a los nuevos desarrollos tecnológicos, generalmente, ya que pueden afectar su zona de confort, a la que están acostumbradas y en la que se sienten seguras.
En lo que respecta a las redes sociales en Internet, el académico sostiene que una de las razones por las que algunos no desean entrar a estas populares plataformas, está relacionada con su privacidad, con el hecho de que no quieren que esta sea violada o vulnerada.
“Sentirse exhibido o blanco de algún atacante informático en las redes sociales, puede generar mucho pánico en las personas”.
Descarta hablar de tecnofobia tanto en los casos en los que los individuos presentan resistencia a utilizar nuevos dispositivos, como en los que no quieren entrar a las redes sociales. Precisa que más bien están relacionados con cierto desconocimiento sobre cómo funcionan estos medios, lo cual sí genera temor, pero no impide que ellos hagan su vida con normalidad, lo que no pasa con una verdadera fobia.
“Lo recomendable es saber de qué se trata la tecnología, comprender sus ventajas y desventajas, no pensar que todo lo nuevo es malo. Una vez entendido esto, cada quien escogerá lo que mejor se adapte a su vida”, asegura.