De niña su ilusión era ser bailarina, pero Ana María Ramos de Islas (AMARIS) adquirió una enfermedad que le impidió caminar y por un año fue aislada en un cuarto totalmente oscuro. Al salir de esa habitación de penumbras se reencontró nuevamente con los colores y de ahí nació la necesidad de pintar.
AMARIS tiene más de 70 exposiciones a nivel nacional y 10 internacionales, y su obra está dedicada a exaltar los colores y maravillas de México. “Quiero que amen a México. Quiero que a través de mis ojos la gente se enamore de México, de toda la riqueza que tenemos. Soy una entusiasta y adoradora de este país”, platicó la artista a EL UNIVERSAL Querétaro, en su visita más reciente a esta ciudad.
El 1 noviembre la pintora mexicana, con el apoyo de MEX4U, presentará cuatro obras en el Atlanta History Center, para celebrar Día de Muertos. Tres de esas piezas a exhibir están hechas en Palimpsesto Cromático, técnica que se presentó por primera vez en el Museo Regional de Querétaro, en 1983.
La pintura me salvó la vida. Nació en el Distrito Federal y su afán en la vida era ser bailarina, estudió ballet hasta que se lo impidió el lupus, enfermedad que altera el sistema inmunológico y ataca las células y tejidos sanos. Con su cuerpo inflamado, descalcificado, fracturado espontáneamente y lleno de dolor, seguir bailando fue imposible, ni siquiera podía caminar, y así vivió 10 años.
“Mi padre, que era médico, decidió ponerme en la oscuridad casi un año, en la oscuridad de un cuarto, para que mi sistema inmunológico bajara su intensidad, y al salir a la luz y ver los colores, fue como volver a nacer, porque después de estar privada de la luz, de no ver los colores y ver las formas, salir y ver las flores del jardín, el azul del cielo, fue impactante. Al estar en la oscuridad tanto tiempo sales con una sensibilidad especial, entonces sí, sentí una admiración y empecé a dibujar y empecé a pintar, y así fue como empecé. Yo creo que la pintura me salvó la vida, porque al pintar no estaba pensando en que no podía caminar y que estaba yo mal”.
Cuando empezó a pintar tenía 13 años de edad. Estudió con el pintor Francisco Molina y, posteriormente, con el retratista José Suarez Olvera. Viajó a Francia a estudiar artes y a su regreso a México ingresó a la Escuela Nacional de Bellas Artes en “La Esmeralda”.
Pintar sobre una pintura. En 1983, AMARIS recibió una invitación para exponer en el Museo Regional de Querétaro, y fue precisamente en este recinto cultural donde se exhibió la primera pieza creada en Palimpsesto Cromático.
Palimpsesto es una palabra referente a la sobre escritura, a grabar nuevamente sobre una superficie ya grabada. “Y Palimpsesto Cromático consiste en tener dos imágenes en el mismo lienzo, una se ve con luz natural y otra se ve con luz rojas, entonces tienes dos pinturas encimadas, y todo lo que yo pinto son palimpsestos”, explicó.
Desde que presentó por primera vez su técnica de Palimpsesto hasta la fecha, sigue provocando admiración en los espectadores. “Llamó muchísimo la atención en aquella época y me di cuenta que la gente se sigue interesando en eso, ahora estamos tan llenos de estímulos visuales y ya nadie toma en cuenta lo que ve, porque ya pueden ver lo que sea, y yo trato de que mi obra siempre tenga un mensaje”.
Día de muertos. A través de MEX4U, AMARIS fue invitada a participar en el evento "Día de Muertos”, a celebrarse el domingo 1 de noviembre en el Atlanta History Center, con una asistencia de 4 mil personas.
El evento organizado por el Instituto de la Cultura Mexicana, el Consulado de México en Atlanta, el Consejo de las Artes del Condado de Fulton y el Atlanta History Center.
Las piezas que la pintora mexicana presentará en Atlanta, hablan sobre deidades prehispánicas como Tláloc y Quetzalcóatl, además presentará una pieza titulada “Al son que me toquen bailo”, con esta misma técnica de Palimpsesto. La obra, con luz natural, muestra una especie de grafiti con los títulos de diferentes géneros de baile, pero con luz roja revela a varios esqueletos en pleno baile.
“Como no pude caminar y yo quería ser bailarina, entonces en esta pieza reúno todos los ritmos que me gustan bailar, samba, rock and roll, ballet, porque antes de mi enfermedad bailé ballet. El baile es universal, en el mundo entero la gente baila; y puse esqueletos, porque todos tenemos esqueletos y los esqueletos son una manifestación muy particular del mexicano, para el mexicano la muerte es fiesta, fue muy divertido pintarlo, en cierta forma exorcicé mis demonios, ahí bailé lo que no he bailado en mi vida”, agregó la pintora y autora del libro de cuentos Aquí no se muere nadie y De la oscuridad a la luz, publicación en la que reflexiona ese pasaje en el que vivió por casi un año en un cuarto oscuro.
Actualmente AMARIS trabaja en un libro nuevo sobre su trabajo creativo, está dedicada por completo a la pintura y a promover su obra su obra y las riquezas de México.