Amaya Saízar, española, cumplió este fin de semana uno de sus sueños largamente acariciados: relanzar en Querétaro a Trigo Limpio, ese trío que hizo historia en los años ochenta y que cantaban las canciones del finado Juan Carlos Calderón.

El QBO, de Sergio Salmón, fue el escenario para este lanzamiento internacional.

Es el mismo escenario que Amaya ha pisado siempre, desde que vivió en este estado y hasta que se mudó a la ciudad de México para preparar la gira del grupo.

No es nuevo Trigo Limpio, es el mismo, el original, dijo Amaya. “Trigo limpio soy yo, porque yo soy la esencia del grupo”, indicó.

El trío cantó lo que tenía que cantar. Los éxitos de Trigo Limpio, de la mejor época del grupo: “Muñeca”, “Adiós mamá”, entre otras.

Frente a un público, conocedor, bohemio, Amaya y sus dos acompañantes interpretaron temas como “Rómpeme, Ámame” y “Chiquitita”, entre otras.

Un poco de contexto, para entender la importancia sentimental de Trigo Limpio en Amaya.

La rubia sale del grupo en los años 80, por “diferencias irreconciliables”, como se le llama ahora a cualquier ruptura laboral o sentimental.

Con Calderón lanzan dos discos: Autorretrato (1982, bajo la producción de Juan Carlos Calderón) y Tengamos la guerra en Paz (1990, con Juan Pardo).

En ese período hace los coros en los discos de Bertín Osborne, Miguel Bosé, Daniela Romo, Yuri, Rafaella Carrá, Paloma San Basilio, entre otros.

Trigo Limpio sigue con otra cantante, y no es hasta 2002 cuando Amaya recupera el nombre de la agrupación y se lanza a recobrar el tiempo perdido.

Que cuántas veces ha muerto y vuelto a nacer el grupo, ya varias, pero dice Amaya que esta sí es la buena, la mejor, porque es la verdadera.

Google News

TEMAS RELACIONADOS