Hoy se presentará la última función de “Decadente choU” en el Corral de Comedias, en punto de las 8:30 de la noche, un espectáculo entrañable que juega con la nostalgia y la comicidad a partir del único personaje en escena, Furúnculo Mugrosín.

Desde hace dos años y medio, Jerónimo Rabell presenta por varias partes del mundo este espectáculo con teatro de objetos, circo y marionetas, en el que Mugrosín logra atraer toda la atención del público y los incita a entrar en un mundo de risas, reflexión y de una locura pura, que es reflejada en cada uno de sus números.

Durante la segunda llamada Jerónimo Rabell entra a escena, y poco a poco se convierte en Mugrosín; de una maleta vieja saca unas pinturas, se sienta frente al público y comienza la metamorfosis, acompañada con un sinfín de carcajadas de principio a fin.

En entrevista exclusiva con EL UNIVERSAL Querétaro, Jerónimo nos habla de este maravilloso espectáculo y de cómo se ha ido desarrollando con el paso del tiempo.

¿Cómo incursionaste en el mundo del clown?

A los 12 años tomé el espectáculo infantil de mi papá que se llamaba Papayasos, le robé la maleta y fui a hacerlo en una fiesta infantil con mis amigos. Años más tarde se incorporó a teatro móvil de gobierno del estado, cuando estaba de gobernador Loyola y estuvimos ahí dos años. Tiempo después me empecé a juntar con los payasos del centro; Rufo, Serpentín y Chistosín, y a partir de ahí comencé a hacer otras cosas de circo como malabares, danza aérea, actos con aros y hasta monociclo, mi búsqueda siempre fue más hacia la locura.

¿Tu aprendizaje fue autodidacta o tuviste una preparación más específica?

Al principio fue muy autodidacta, fue hasta los 19 años que tomé un taller en la Circonvención Mexicana, con Omar “Ensalada”, y otro de Risoterapia con Andrés Aguilar, luego me fui a Europa y estuve con Merche Ochoa, y un mes con Walter Velázquez. A partir de ahí empecé a tomar cursos con más maestros, luego regresé a México y me involucré en Circonvención Mexicana, tomé otros talleres en Guadalajara, siempre he optado por empaparme de este tema.

¿Hace cuánto nació “Decadente choU”?

Nace en 2010 cuando creé a Mugrosín, pero aún no estaba tan definido, después estuve haciendo Circo Cabaret aquí en el teatro como experimento del personaje, y fue a partir de hace dos años y medio que comencé con Furúnculo Mugrosín y “Decadente choU”.

¿Quién es Jerónimo Rabell y quién es Furúnculo Mugrosín?

Jerónimo Rabell es la persona que le da vida a Furúnculo Mugrosín, y mi personaje es el verdadero yo, es el verdadero Jerónimo, la verdadera locura que tengo adentro, mi forma de sentir y de transmitir mis sentimientos a través de mi personaje.

¿Cómo es la interacción con el público?

Es bastante medida, en comparación con muchos otros espectáculos que he visto, por lo mismo que el espectador viene a reírse de lo que haces, no vienen a reírse de los demás espectadores. Sí hay interacciones y sí es un poquito cargado, pero trato de que el espectáculo no se centre en eso, realmente se basa en la estupidez de mi personaje y en ser yo el idiota.

¿Qué es lo mejor de ser payaso?

Que me pagan por ser un idiota, soy un idiota profesional, soy un tonto comprometido con eso.

¿Cuáles son los payasos que te han marcado?

Todos los payasos que conozco me han marcado de buena o mala manera, he visto buenos y malos, pero de todo se aprende, ya que hay que absorber lo bueno; me embarro de muchos géneros del payaso, he colaborado con muchos de ellos, pero mexicanos te puedo decir que Aziz Gual y Jesús Díaz son de mis favoritos.

¿Crees que en México está estereotipado el ser payaso?

Aquí en México el payaso está estereotipado como el que hace concursos y da regalos en la calle o va a las fiestas de cumpleaños y trabaja con mucho respeto hacia los niños, cuando históricamente el payaso no fue un proyecto o personaje que nació para entretener a los niños, al contrario, el payaso viene del bufón de “La Divina Comedia”, y es un estereotipo que se ve en las últimas generaciones. El payaso es para todos; es un medio de expresión y si yo quiero expresar cosas tristes o políticamente incorrectas dentro de la sociedad con mi payaso, dentro de mi personaje, por muy grotesco que se escuche, el payaso trabaja esa transgresión por medio de la inocencia, entonces yo inocentemente puedo mentarle la madre a alguien y eso se vuelve risible. Normalmente dirijo mi espectáculo para adolescentes y adultos, pero también vienen niños.

¿Cómo describes a “Decadente choU”?

Es un espectáculo totalmente basado en un esquema muy simple que me permite improvisar, tengo una carpeta llena de trucos, la abro y voy sacando los que me convienen según veo la respuesta del público. El payaso es un actor, es teatro, es un arte escénico, pero tiene una diferencia, el teatro en los últimos siglos tiene una cuarta pared, y el payaso es quien rompe con ella; la cuarta pared es la gente que respira y reacciona, y lo que tengo que hacer es jugar con su reacción, hacerlos sentir, emocionarlos, y si ellos no se están divirtiendo es porque yo tampoco lo hago. Es un trabajo muy anímico, si la gente está muy entregada, pues yo lo hago al 100%, si el público está pasivo, no se demerita, ni baja la calidad, sólo se vuelve un espectáculo mecánico con una duración de una hora.

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