El primer lunes de cada mes, en la galería Código Áureo, apasionados de la literatura participan en un círculo de lectura, y en la sesión del mes de abril se contó con la presencia del escritor Ignacio Padilla, quien platicó de su más reciente libro de cuentos Las fauces del abismo, un bestiario que es parte un proyecto encaminado a exaltar la importancia del cuento.
La escritora Araceli Ardón, anfitriona de la velada literaria y directora de Código Áureo, recordó a los asistentes al círculo de lectura que Padilla es miembro correspondiente a Querétaro de la Academia Mexicana de la Lengua; y es autor de las obras novelas Amphitryon, La gruta del toscano y El daño no es de ayer, aunque se siente más a gusto escribiendo cuentos.
Como cuentista, Padilla ha recibido los premios de Cuento Infantil "Juan de la Cabada" por Las tormentas del mar embotellado y el Premio Internacional "Juan Rulfo" de cuento por Los anacrónicos (incluido en la publicación Los anacrónicos y otros cuentos), y el Premio de Cuento Gilberto Owen por Las antípodas y el siglo.
Las fauces del abismo, su libro más reciente, es una colección de historias de bestias, un bestiario de tierra, y es la primera parte de un proyecto que continuará con Lo volátil y las fauces, que será un bestiario sobre seres de aire, y no duda en que la propuesta crezca a otras publicaciones de criaturas de agua y fuego.
Padilla creció leyendo cuentos, pero en su historial como escritor, además de los relatos, se registran obras de novela, ensayo y teatro. Y es precisamente el trabajo en otros géneros lo que le ha permitido identificar que siente más a gusto escribiendo cuentos.
Otro de los proyectos que compartió con sus lectores es Micropedia, una publicación que rescata la idea del libro de cuentos unitarios, en donde se recopilará trabajo como cuentista.
Además, en su visita a Código Áureo, el escritor de Las fauces del abismo platicó anécdotas en torno a su proceso de escritura.
El escritor también respondió a todas las preguntas de los asistentes. Una de ellas fue ¿a qué edad empezó a escribir? Y contestó que desde que comenzó a leer. Otra de las cuestiones planteadas fue: si en algún momento de su vida había pensado en dejar de escribir, y su respuesta fue que no podría dejar de hacerlo.