Si usted llama al Hotel Hacienda Misión La Muralla de Querétaro le contestará una Adelita; si lo visita, lo recibirá un revolucionario que le pedirá santo y seña para acuartelarse; si pregunta por el administrador, se apersonará un Dorado de Villa, y si se niega a pagar la cuenta, lo amenazará con pasarlo por las armas, “por órdenes de mi general”.
No es el único hotel temático en México, pero es el único que tiene como tema principal la Revolución. Tiene ese concepto desde hace 15 años y hasta la fecha.
Si llega a Querétaro y hace camino hacia el municipio de Amealco, en medio de un valle aparece una bella hacienda de principios del siglo XIX, de las que tenían murallas gruesas y enormes. A lo lejos se divisan los revolucionarios encaramados en el techo, con escopeta en mano, divisando una Revolución que ya no existe.
Los huéspedes que llegan a este hotel se van a divertir mucho y además aprenderán sobre la historia de México. “Tenemos una biblioteca, es chiquita porque se alimentan de lo que nos donan los mismos huéspedes”, dijo el general (de a mentiritas) Miguel Trazaba.
Apenas llegando usted, le van a pedir santo y seña (como hacían los revolucionarios) y si no se la sabe le van a dar pistas para que la descubra, “y desde ahí empieza el juego”, dijo el revolucionario.
Antes de ser hotel, La Muralla fue una hacienda próspera que fue abandonada en la época de la Revolución, fue cuartel de revolucionarios, ruina abandonada, escuela y finalmente hotel temático.
En su interior, existe una capilla bellamente conservada, un jardín con fuente, y ostenta varios elementos revolucionarios, como cañones y si le busca igual y encuentra algunas balas perdidas de algún revolucionarios borrachos de la época.
Entre sus visitantes distinguidos se pueden señalar a Beni Taibo, el hijo del poeta y menos conocido del fallecido escritor Paco Taibo Il, quien fuera colaborador de toda la vida en el periódico EL UNIVERSAL y en una de 124 habitaciones reposó la escritora Elena Poniatowska, sintiéndose quizá una Adelita y en espera de su Juan Charrasqueado.
