A pesar de los esfuerzos que las diferentes instancias del gobierno, en colaboración con instituciones públicas y privadas, han realizado en los últimos años para recuperar la imagen del centro histórico de la ciudad de México, a espaldas de Palacio Nacional y en la zona norte de esta área declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO prevalece el abandono y deterioro de diversos edificios históricos y artísticos.
El aspecto de la zona poniente del centro histórico, como avenida Juárez, la Alameda Central, la peatonal de Madero, en donde los edificios han sido revitalizados, o los de 16 de Septiembre, Venustiano Carranza, Uruguay, Regina, República del Salvador y hasta Pino Suárez, que están en buen estado de conservación, contrastan con el deterioro que se observa en diversos inmuebles del barrio de La Merced y la zona norte, que abarca hasta el Eje 1 Norte.
Edificios del siglo XVI, como el Ex Convento de Jesús María, uno de los más antiguos del centro histórico, que fue construido para albergar a los pobres y a las hijas de los conquistadores, como fue el caso de la hija ilegítima de Felipe II, se encuentra deteriorado y en espera de que se autoricen los recursos para su restauración. La propuesta es convertirlo en un centro de convenciones.
Frente a este inmueble, una casona del siglo XVIII (Jesús María 42), que está bajo el resguardo del INAH, permanece en ruinas, con unos pilotes de madera que la mantienen en pie y una nopalera que adorna el techo.
Sobre las calles aledañas al corredor peatonal Alhóndiga-Talavera, que ha sido una de las primeras iniciativas por recuperar esa parte del centro histórico, se observan algunos inmuebles que han sido convertidos en viviendas de interés social, pero no pasan desapercibidos aquellos edificios abandonados o con las fachadas deterioradas. Es el caso de Manzanares 25, la única casa habitación del siglo XVI que queda en pie, y que aunque el Fideicomiso del Centro Histórico ha retirado los escombros en su interior, sigue pendiente su rehabilitación, ya que no se ha concretado la expropiación del predio.
Hacia la zona norte, sobre las calles de República de Venezuela, Colombia, Paraguay y Argentina es posible apreciar diversas viviendas y edificios con valor artístico con fachadas deterioradas, abandonadas en su totalidad o de manera parcial. Además de que el comercio en la vía pública sigue siendo un problema.
Según el arquitecto Javier Villalobos Jaramillo, director territorial en el Centro Histórico, en esta zona existen más de 200 inmuebles de valor histórico o artístico en riesgo, debido al abandono o la falta de mantenimiento que presentan. La mayoría de ellos, comenta, están ubicados en la zona oriente y norte. Entre ellos, la Iglesia de Nuestra Señora de Loreto, cuyos frescos que decoran la cúpula se han ido desprendiendo.
Esa cifra contrasta con la que ofrece el Fideicomiso del Centro Histórico, que sólo reconoce cerca 50 inmuebles del perímetro A y B que se encuentran en verdadero riesgo de derrumbe: “Una cosa es riesgo real de derrumbe, de colapso, y otra es vacío, abandono y deterioro. No se puede decir que hay más de 200, cuando las cosas han ido cambiando. Desde hace 11 años se viene aplicando una política de regeneración urbana que está plasmada en el Plan de Manejo del Centro Histórico y el resultado es que muchos de estos edificios han cambiado su uso o han sido expropiados para ser rehabilitados”, indica Inti Muñoz, director del Fideicomiso.
Y esos edificios en riesgo, asegura, están siendo monitoreados. Agrega que Conaculta ha invertido 100 millones de pesos en la conservación de edificios religiosos, como la Iglesia de la Santísima y la de Loreto.
“Se ha eliminado el riesgo en un 95% en las iglesias”, dice.
Atención integral
Para Villalobos Jaramillo, el gran problema del descuido en esta zona del centro histórico se debe, además de las problemáticas sociales y del comercio ambulante, a la poca atención e inversión que los últimos gobiernos han dedicado. “Se le habrá invertido 250 millones a la Alameda, se le habrá invertido al Monumento a la Revolución pero ¿cuánto se ha invertido en esta zona? Un centro histórico es un conjunto y tiene que ser tratado como tal”, dice el arquitecto, quien recuerda que el área declarada patrimonio de la humanidad comprende 9 kilómetros cuadrados.
Con él coincide Carlos Flores Marini: “Así como se ha avanzado en la parte delantera, la parte de atrás del centro sigue en deterioro”. “Si se va a invertir, se debe hacer bien. No entiendo cómo gastan 90 millones en el claustro de La Merced... lo que le han hecho ha sido de lo más desafortunado, con ese dinero ya se podrían haber atendido varias iglesias”, dice.