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Estocolmo. — Desde el pasado fin de semana, en esta ciudad se han concentrado los ganadores de los Premios Nobel que mañana en una ceremonia recibirán el galardón.
El domingo, el Nobel de Literatrua, el francés Patrick Modiano, ofreció una conferencia en la que recordó su infancia y habló de los desafíos de la escritura. Ayer, el galardonado en Química, Stefan Hell, abordó el tema de la situación de la investigación en todo el mundo.
“Es la primera vez que tengo que dar un discurso a una audiencia tan grande; estoy algo inquieto”, dijo el escritor de 69 años al que la Academia Sueca le concedió el galardón “por el arte de la memoria con el que ha evocado los más incomprensibles destinos humanos y mostrado el mundo de la ocupación (en la Segunda Guerra Mundial)”.
Advirtió que un novelista “sólo tiene una impresión parcial y confusa de sus libros, como un pintor que crea un mural en el techo, acostado en un andamio y trabajando en los detalles, muy cerca, sin poder ver la obra como un todo”.
Modiano saltó a la fama en 1968 con El lugar de la Estrella, que se enmarcaba en la Francia ocupada por los nazis en la Segunda Guerra Mundial. Ese escenario se convirtió en una constante en sus más de 30 obras. “El haber nacido en 1945, después de que fueran destruidas ciudades y desaparecieran poblaciones enteras me debe haber hecho, como a tantos de mi edad, más sensible a los temas de la memoria y el olvido”, señaló.
El escritor habló de su niñez en París tras la guerra. De niño, dijo, era normal para él estar separado de sus padres, muchas veces durmió en casa de amigos. “A un niño no hay nada que lo sorprenda y las situaciones bizarras muchas veces parecen normales" .
Sin embargo, dijo que como adulto intentó armar el rompecabezas y buscar a la gente que lo acompañó entonces. “El impulso de intentar resolver un enigma sin éxito y aclarar un misterio me hizo anhelar la escritura, como si la escritura y la imaginación pudieran ayudarme”.
La importancia de la ciencia. Por su parte, Stefan Hell, rumano de nacimiento, pero de nacionalidad alemana, habló de la importancia de los descubrimientos científicos para la humanidad.
El ganador en Química, junto a los estadounidenses Eric Betzig y William E. Moerne, por sus estudios de nanoscopia, dijo que “algunos acontecimientos históricos están sobrestimados” si se comparan con logros de la ciencia.
Calificó de “error serio” el recorte de los presupuestos para investigación en tiempos de crisis y recordó que, “al final, nuestra calidad de vida está profundamente enraizada en los descubrimientos científicos”.
“Napoleón, por ejemplo, fue muy importante, pero para mí lo fue más la invención de los fertilizantes... sin ellos la gente habría muerto de hambre o se habrían matado unos a otros a finales del XIX por no poder alimentar a sus hijos”. Así, explicó, la gente pudo interesarse por “otras cosas como la literatura, la música, el teatro” y se lograron beneficios para la sociedad, “que no fueron un logro de la política sino de los descubrimientos científicos”. Agencias