De lo inesperado en escena, también viven en el cine. Y eso puede comprobarlo Rodrigo Prieto, director de fotografía de El lobo de Wall Street, donde a veces el factor casual hizo lo suyo.

Resulta que pese a tener muchos planos estudiados en diálogos y manejo de la cámara, se dejaba mucho a la improvisación en el set.

Nada de lo que supuestamente permite el director Martin Scorsese, cuyo reciente trabajo llega hoy a las salas nacionales.

En una de las secuencias, recuerda Prieto vía telefónica, unos estrobos (cabos que sostienen cosas pesadas), hicieron que la luz resaltara accidentalmente el rostro del protagonista Leonardo Di Caprio.

“A pesar de que dicen que el lenguaje de Scorsese es específico, con movimientos de cámara pensados, con respecto a las actuaciones había mucha improvisación y, por lo mismo, la cámara tenía que improvisar y tratar de seguir a todos, lo que se podía”, narra el egresado del Centro de Capacitación Cinematográfica

“Diario estaba algo nervioso porque no sabía que iba a suceder, no es que no hubiera un guión perfectamente delimitado, pero casi todas las escenas terminaban siendo mucho más largas de lo escrito y eso le dio una energía muy especial”, comenta Prieto.

De esos accidentes afortunados ya sabe Prieto, pues en 1999, cuando rodó la multigalardonadaAmores perros, un error técnico se convirtió en una maravilla.

El personaje de Gael García le decía al de Vanessa Bauche que se escaparan y, entonces, el histrión se acercó de más a la cámara, saliéndose de foco. Pero eso le dio la intención final que se necesitaba.

“Técnicamente es un error, pero es mi escena favorita”, consideró Prieto en una ocasión.

¿De qué trata?

El lobo de Wall Street, que se dice estará en la carrera por el Oscar, aborda la vida real de un fraudulento corredor financiero quien podía ganar en minutos, 12 millones de dólares.

La historia se sitúa en dos décadas (80’s y 90’s), reflejando el ascenso y caída del personaje central, que finalmente fue encarcelado.

Prieto, nominado al Oscar 2006 por Secreto en la montaña, recuerda que Scorsese, es alguien que sabe de fotografía y el lenguaje de la cámara.

“Antes de rodar me mostró clips de películas de los 40’s donde aparecían personas que estaban borrachos y alucinaban y decían que estaba exageradas, deseaba algo más sutil y que diera la sensación al espectador de lo que pasaba.

“Filmé varias pruebas y con una técnica de opturador y velocidad de cámara aparecían barridos en cada cuadro, y le gustó; luego en una escena donde el personaje de Di Caprio no puede hablar (por sustancias) utilicé lentes especiales y puse una mica enfrente, para distorsionar la imagen”, dice.

¿Y cómo es Scorsese en el set de trabajo?. Divertido.

“Siempre cuando recién llega no está del mejor humor, pero alos 15 minutos, en cuanto ve el monitor se pone alegre”, comenta.

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