“Para mí, la vida sigue siendo tocar la batería, pero me divierte hacer películas y estar con mi propia banda. Antes fui usado (yo me presté a eso, lo acepto) por lo atractivo de mi nombre. Me decían: ‘actúa naturalmente, sé tú mismo’. Y allí salía yo, haciendo las tonterías que todo el mundo esperaba de Ringo, el bobo de los Beatles”.
Así es como Ringo Starr, el más grande los Beatles —nació en 1940—, y a su vez el más pequeño —1.70 cm de estatura— expresaba el yugo que en ocasiones le causaba ser parte de la más famosa banda del planeta.
Y es que para Ringo, quien además de ser un melómano empedernido, es un cinefilo férreo y un escritor experimental, ser parte del cuarteto de Liverpool no fue algo que en un inicio lo enloqueciera.
Al grado que en un inicio, no le veía futuro a la banda y por ello deseaba juntar lo suficiente para montar una peluquería en su barrio.
Es por ello que tras separarse la agrupación en los 60, Ringo decidió alejarse un poco de los reflectores a diferencia de John Lennon o Paul McCartney.
Así continuó su carrera en solitario con el álbum Sentimental Journey (1970), un trabajo que lo alejaba del rock y del pop al que tenía acostumbrados a sus fans de ese momento.
Su propuesta se volvió más jazzística y la compaginó con su otra pasión; el cine, en la cual debutó con el filme The Magic Christian de Peter Sellers.
Además se da tiempo desde hace años para participar en causas sociales como la ONG “Fundación No-Violencia”, de la que es embajador y de la que forman parte Paul McCartney y la viuda de John Lennon, Yoko Ono.
Tras sus exitosos shows en 2011 y 2013, Starr regresa esta noche a la Ciudad de México con su “Ringo Starr and His All-Starr Band” en la que será acompañado con destacados músicos de diversas décadas.
Los mexicanos verán de nuevo al guitarrista Steve Lukather, el bajista Richard Page, el tecladista Gregg Rolie y y el baterista Gregg Bissonette.