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Lorde, heroína pura en el escenario

Lorde, heroína pura en el escenario
10/04/2014 |00:31
Redacción Querétaro
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La plaza de toros de San Miguel de Allende en Guanajuato, un colorido pueblo lleno de gringos, fue el primer escenario que pisó en tierras mexicanas la cantante neozelandesa Lorde.

“¡Dios mío! ¡Dios mío!” repetía Ella (así se llama en realidad), una y otra vez, ante los casi tres mil asistentes. Las notas del tema “Glory and gore” empezaron a volar en el ambiente.

El concierto fue parte del Festival “San Miguel Sound”, que este año se ha visto pobre de público, hasta que llegó esta adolescente neozelandesa y levantó los ánimos.

En la placita de toros, tan antigua que parece medieval, un modesto escenario, dos músicos, la luna y las estrellas, acompañaron a la cantante. “Biting Down” fue el segundo tema y la gente ya estaba prendida.

Un día después, el 9 de abril, repitió la hazaña en el auditorio Blackberry de la ciudad de México.

En algún momento del concierto en San Miguel de Allende, la emoción la detuvo, dejó de cantar y juntó las manos como las imágenes de vírgenes en las iglesias.

Se escuchó otro “¡Dios mío!” y “¡Qué locura!”. Era el momento de interpretar “Whit Theet Teens”.

Le admiró que en México la recibieran con las ganas y los gritos de quien ve a Miley Cyrus en tanga. Cantaba “Team” y la noche prometía todavía más.

Un atrevido le gritó “te amo, cásate conmigo”, y ella sin dudarlo dijo: “Acepto”. Sonaron los acordes del primer tema popular “Royals”.

“Yo era una chica, como muchas, que escribía canciones en Nueva Zelanda y ahora no sé qué hago en México”, contó.

Ella María Yelich-O Connor, mejor conocida como Lorde, tiene 17 años, es hija de una poetiza y un ingeniero civil. Le gusta leer libros y el teatro. No soñaba con cantar, pero sí con escribir poemas, como mamá.

Fue descubierta a los 12 años en un video que se volvió viral en su país, cantando en un concurso de su escuela.

Su primer EP, “The Love Club”, es de 2012, y su primer sencillo “Royals”, se colocó en las listas de popularidad en Nueva Zelanda.

Hasta ese momento, todo era un juego y un experimento.

Su primer y único disco, “Pure heorine”, lanzado en septiembre de 2013, fue nominado para el premio Grammy en cuatro categorías y ganó en dos de ellas. “Están pasando cosas que me asustan”, declaró entonces la oceánica.

En el cerrado mundo de la música internacional a Lorde la conocen ya como “la nueva Sinead O’Connor”, “una Björk”, y en el peor de los casos “una Lady Gaga sin disfraces ni payasadas”.

Lorde escribe sus propias canciones y su música está hecho de sonidos precisos, gracias un sintetizador, y una batería poco espectacular. Su música hipnotiza a sus seguidores, niñas igual que ella, adolescentes que sienten que el mundo ni les pertenece y ni les importa. Tocó el turno al tema “Buzzcut Season”, y el sentimiento llegó a tope.

Cuando se presenta en el escenario, esta adolescente de ojos color mar y cabellera alborotada, no baila, más bien vibra como los “bits” de sonido.

Su música, como el título de su disco, “Pure heroine” puede ser tan adictivo, y tan placentero, como la heroína pura.

Tome sus precauciones.

Su nombre artístico viene de Lord, que adaptó a Lorde, por ser un título nobiliario masculino poco adecuado para una reina de la música como lo es ella.

Al final no se sabe quién hechizó primero a quién. La cantante Lorde a los mexicanos o los mexicanos a la cantante Lorde.

Fue amor a primera vista, dirían los cursis y los románticos.