Bring Your Own Wine (BYOW) es un movimiento mundial que pretende fomentar la cultura del vino al promover que los restaurantes permitan el ingreso de botellas adquiridas previamente por el comensal de acuerdo a su preferencia”, detalló el sommelier Eduardo Martínez quien, junto con los empresarios restauranteros Sergio Salmón Franz, Joaquín Tamayo y el vitivinicultor Antonio Sierra, presentó el movimiento en México.

Eduardo es productor de vino, fundador de la Escuela de Vino Artesanal en Querétaro, juez de concursos de vino a nivel nacional y fundador de la cofradía de vino en la entidad. Él subrayó que el movimiento Bring Your Own Wine –cuya traducción al español es “Traiga Su Propio Vino”- consiste en que si algún restaurante de la entidad cuenta con la placa distintiva de éste en la entrada de sus instalaciones significa que el restaurante aplicará un costo de servicio por el descorche de botellas de vinos mexicanos o internacionales de mesa, siendo más barato el aplicable a los vinos queretanos y nacionales.

Por su parte, Sergio Salmón Franz, propietario de Grupo Caserío, dijo que “es Querétaro, otra vez, punta de lanza en la búsqueda de la promoción de una cosa muy cultural que está arraigada en la humanidad que es la producción de vino de mesa y, especialmente, en Querétaro teniendo tanta historia. La misma historia nos lo dice, en el escudo del estado se aprecia la vid, entonces ya tiene de por sí una carrera larga en ese sentido”.

Joaquín Tamayo, miembro de la primera cofradía de vino de la entidad, productor de vino artesanal y propietario del restaurante Port 7, señaló que México tiene mucho potencial en el consumo de vino de mesa, ya que ocupa el “65avo lugar en el mundo en el consumo del vino. En México se consumen aproximadamente 160 mililitros de vino al año, esto quiere decir que, comparado con países como Francia que consumen 27 o 28 litros per cápita, pues está en cero. Se calcula más o menos que para el 2020 el consumo de vino per cápita se va a triplicar en nuestro país, esto se debe básicamente a los estímulos y a la promoción que se está haciendo de las partes involucradas en el vino.

El potencial es inmenso, pues sólo el 60% del vino que se consume en este país es importado”.

Sergio Salmón añadió que el consumo de vino de mesa incluye cuestiones culturales, “no es simplemente tomar una bebida alcohólica, sino que incorpora una serie de protocolos”.

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