Cuando muere una estrella empieza el ida y vuelta de rumores, especulaciones, documentos que aparecen y toda una serie de descubrimientos en su mayoría sórdidos sobre el fallecido.
Uno de los casos más sonados de todos los tiempos está siendo el de Michael Jackson: ya han pasado cuatro años de su muerte, el 25 de junio de 2009, pero la industria que se ha instalado alrededor de esto está lejos de apagarse.
Conforme avanza el juicio de Katherine Jackson, madre del músico, contra la compañía promotora de shows AEG, salen más y más datos oscuros rodeando los últimos años de vida del autor de Thriller.
Según afirma Katherine Jackson, la promotora es la única responsable de contratar a Conrad Murray, el médico acusado de homicidio como responsable de la muerte del astro del pop. En este punto, el guardaespaldas personal que acompañó a Jackson durante los últimos tiempos, Michael La Perruque, testificó en el juicio a favor de AEG.
En su declaración, La Perruque recordó que en 2001, mientras se encontraba acompañando al cantante y sus hijos Paris y Prince en Disney World de Orlando, Jackson cayó desmayado a causa de una sobredosis delante de los niños y que él mismo tuvo que realizarle respiración boca a boca hasta que llegaron los médicos.
En base a este testimonio, AEG buscará probar que el músico era un adicto consumado, lo que les restaría responsabilidad en la trágica muerte. Sin embargo, aunque La Perruque añadió también que a veces Jackson se encontraba solo y lo utilizaba para hablar de su vida, aunque no se le entendía lo que decía porque estaba ebrio, indicó además, en favor de la demanda de Katherine Jackson, que el artista no disponía de ningún medicamento anestésico a su alcance.
Debido a que AEG asegura que la muerte de Jackson se debió justamente a una sobredosis de este tipo de drogas, el testimonio del guardaespaldas vuelve a poner el foco de atención sobre Conrad Murray y su vínculo con la productora.
sc