Los rusos le nombraron al principio vodá, que quiere decir “agua de vida”. No presenta color, aromas dominantes o sabores. Su graduación alcohólica, que va de los 37 a los 50°, combate a las bajas temperaturas, no se congela y mantiene sin frío a quien lo beba. La tradición dice que se sirve muy frío en vasos de vidrio pequeños y se bebe con tragos cortos. De esta forma se tendrá una buena apreciación en paladar de su textura viscosa debido a el almidón de la papa, trigo y centeno.

Se dice que la primera vez que este elixir de papa se disfrutó fue en el siglo IX para más tarde aparecer como medicina polaca en el siglo XI bajo el nombre de gorzalka. Tres siglos después, fue parte esencial en la producción de pólvora por parte de los suecos.

A pesar de que se toma sin diluirse, en el mundo de la coctelería es un gran aliado que puede mezclarse con otras bebidas. En México, en los noventa, fue muy solicitado en los bares y clubs nocturnos en moraditos (con jugo de uva), concentrado de arándano o de frutos rojos. De hecho, el cineasta y actor Woody Allen, durante la década de los sesenta, lo popularizó en Estados Unidos gracias a su presencia en anuncios publicitarios en los cuales sugería se tomara en Bloody Mary (con jugo de tomate, salsa inglesa, salsa picante y consomé de res, entre otros elementos), con refresco de limón, en dry Martini o en las rocas.

La tendencia en los bares

Ahora en la era del gin & tonic podemos encontrar a este vino caliente acompañado de muchos hielos, agua tónica y rodajas de cítricos. La tendencia en coctelería apunta a notas frescas, presencia de amargos como el Fernet o los bitters de características herbales y especiados. También se utiliza la fruta a manera de jugo, conserva o macerada en azúcar; sabores fermentados como el hongo kombucha; además de la col agria o pepinillos en conserva. Se lleva bien con los licores italianos como el Amaro, el Cynar y el Camapri de mucha herbalidad, además de los clásicos de naranja, de café, de marrasquino; o cervezas claras de tipo lager entre otros elementos. Todo esto puede ser mezclado con vodka en coctéles, dependiendo de la temporada e imaginación.

La Europea tiene un evento dedicado a esta bebida, el Vodka Collection Festival, con seis marcas participantes hasta el 29 de febrero. Para quien guste disfrutarlos en las rocas o solo, está el polaco de notas herbales; el ruso con destilación de malta de notas de miel, avena con retrogusto ligeramente amargo; o bien el francés elaborado con técnica de vinificación. Para acompañar de refrescos y jugos naturales están los saborizados e infusionados con frutas, café, chocolate o crema batida.

En casa puedes infusionar fresas cortadas en cuatro con hojas de menta dentro de la botella de vodka, o bien con una vaina de vainilla fresca o la corteza de un limón amarillo para darle un toque personal y diferente. Déjalo reposar toda la noche y disfruta en shot o con agua mineral.

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