A la orilla del río Querétaro, una pequeña cabaña resguarda un mundo subterráneo inspirado en los dichos populares, se trata de "Más sabe el diablo… cultubar", un lugar donde los melómanos se reúnen a disfrutar de la charla en compañía de un buen trago.
El mural de un viejo danzante con cuernos recibe a todo aquel que se atreve a traspasar el umbral de este recinto, que luego de tres años de haber sido inaugurado, se ha convertido en uno de los principales foros underground de la ciudad.
Bandas como La Delicia de Alicia, Pachedub Collective, La democrática afrobeat, Jack y los tristes, Larva, Funk steady, Son la Cosecha, Exogénesis y Aliba Base han seducido como en el cuento del flautista de Hamelín, a miembros de diferentes tribus urbanas, quienes ostentando toda su parafernalia conviven entre risas y rítmicos movimientos corporales.
La diversidad cultural también se manifiesta en cada rincón, donde murales de artistas locales como Adriana Brío, Silomi y Goal conviven con una constelación de stickers que ostentan diferentes posturas ideológicas y políticas a favor de la equidad de género, la conciencia ambiental y los derechos humanos.
Este espacio también ha servido de escenario para varios encuentros culturales, por los que han desfilado personalidades del medio artístico local, como el mítico Julio César Cervantes El Diablo y el poeta José Luis de la Vega.
Escritoras como Alexandra Lobato y la cuentacuentos Angélica Azkar, además de las decenas de mujeres queretanas que asistieron al Primer Encuentro de Mujeres que Luchan, convocado por el caracol Morelia en Chiapas, han protagonizado también círculos de diálogo y lectura en voz alta.
De acuerdo con Hugo Rivera, quien es fundador de este espacio y gestor cultural en la entidad, se trata de un paraje etílico en donde la experiencia estética y el sabor hacen perfecta simbiosis.
Bajo una perspectiva local y sustentable, Rivera pone al alcance de quienes lo visitan, una selección especial de cervezas artesanales queretanas, que incluye la MiQro en sus variedades stout, blonde ale y red ale; 5 lobos lager, en las opciones brown, ipa y porter, y Fundadores, a través de vainilla stout, honey de trigo, ipa y pale ale. También cuenta con cerveza nacional de las etiquetas Rámuri y Baja Brewing.
Por si fuera poco, puede ordenarse mezcal oaxaqueño y exquisito colonche, que es un fermentado de tuna roja traído desde San Luis de la Paz, Guanajuato, que sólo se sirve en la barra durante la temporada que va de julio a noviembre.
En cuanto a antojos se refiere, hay tortas ahogadas de carne, buche, panela o camarón, preparadas con el birote original y sazón jalisciense; banderillas de carne o verduras, y la tradicional pizza de la casa, creada con salsa pomodoro y tres quesos, que varía de acuerdo a los ingredientes seleccionados.
“Venir aquí te hace sentir como en aquellas fiestas informales en casas, donde todos sacaban pa’ las chelas. Los que asisten normalmente no son los que salen de antro, sino quienes disfrutan de la buena música y el encuentro casual”, dice el también psicólogo social, quien ha procurado crear un ambiente propicio para la cultura y la comunidad subterránea.
Mientras suena un playlist variado en reggae, ska, dub, funk, hip hop, punk, jazz, música electrónica y afrobeat, Hugo recuerda que el nombre del bar surgió después de un ejercicio dadaísta en el que procuró apuntar todo lo que se le venía a la mente, que fueron principalmente dichos populares.
Y así fue como se le ocurrió “Más sabe el diablo…”, cuyo significado ha sido apropiado y recreado por la gente que lo frecuenta, quienes centrándose en el oscuro y paradigmático personaje cornudo, han dado vida a ingeniosas alegorías.
“Un brindis por el diablo” expresa con tono festivo un rastafari sobre uno de los columpios que hace de banquillo en el lugar, mientras otro hombre, que no pasa de los 25 años, estalla en carcajadas.
“Más sabe el diablo… cultubar”
Universidad #194
Teléfono: 442 230 0968
Facebook: @masssabeeldiablo