El director actual de Cómicos de la Legua de Querétaro, Wilfrido Murillo, dejará el grupo de teatro universitario en el 2014, luego de seis años de gestión y advirtió que no permitirá ser reelegido. “Yo me voy, aunque me digan que me quede, yo me voy”, dijo a EL UNIVERSAL Querétaro.
Tras su salida, se dedicará sólo a actuar y a escribir, “a ver si me sale algo de la cabeza”, declaró.
El actor explicó que Cómicos, patrocinados por la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), no busca generar sus propios ingresos, ni ser autosuficiente. “No, porque no está en el plan, porque yo creo que perderíamos la esencia del proyecto, porque si nos dicen que en tal barrio necesitan que vayamos, pero no les alcanza más que para comprarnos unos tacos, pues vamos, para eso se fundó el grupo”, declaró.
Murillo, con 45 años como parte de la compañía teatral, declaró que deja el grupo satisfecho de su trabajo, a pesar de las críticas que han llegado de fuera y dentro de la comunidad de teatreros.
Sobre el dinero que reciben de la UAQ, del cual no quiso dar la cifra, informó que se utiliza para pagar la renta del Mesón de los Cómicos, ubicado en Guillermo Prieto número 7, el sueldo de una secretaria, dos empleados de limpieza y el recibo de un teléfono, “del otro lo pagamos nosotros”, aclaró.
De esa cantidad nada reciben ni Murillo, como cabeza de la compañía, ni los directores de teatro, ni los actores. “Todos trabajamos por amor al arte”, declaró.
Los demás gastos son solventados con los pocos ingresos de las puestas en escena. De la calidad de éstas, a veces bien a veces mal. “Cómo le exigimos a los actores si no se les paga”, dijo.
A decir de Hugo Gutiérrez Vega, fundador del proyecto, la compañía de teatro más antigua en América Latina está entre los queretanos y El galpón de Uruguay. Como sea, está en uno de los dos lugares de longevidad.
Historia
El grupo nació el 25 de septiembre de 1959, surgió del proyecto de una escuela de oratoria en la Facultad de Derecho de la Universidad.
La primera función se representó en el atrio de Santa Rosa de Viterbo, con el montaje de Fuerteovejuna de Lope de Vega.
Desde 1988, el Mesón de los Cómicos es sede y fue recibido por los teatreros por el gobernador Mariano Palacios Alcocer (1985-1991), pero daban funciones en esa casa colonial desde 1985.
El inmueble fue cedido a los teatreros por iniciativa del rector de la UAQ, Braulio Guerra Malo; con el maestro Adalberto Martínez, en la facultad de Bellas Artes; y el propio Wilfrido Murillo.
Tan sólo en el año pasado, dentro y fuera del mesón, ofrecieron 310 representaciones de obras clásicas, comedias y dramas, a las que asistieron más de 60 mil espectadores, aproximadamente.
Actualmente, en el grupo laboran cerca de 150 personas, entre directores, actores técnicos y un reducido equipo administrativo.
El director de la compañía teatral reconoce que necesita actores y directores de planta que cuenten con un sueldo fijo.
“Nosotros podemos tener fallas, porque no somos dioses para no tener fallas, hay obras que nos salen un poco mal, tratamos de tener un estándar de excelencia, pero es difícil y a los actores no podemos exigirles, porque un buen actor cobra”, dijo Murillo.
Desde hace 54 años, Cómicos de la Legua ha presentado puestas en escena en las calles, plazas, teatros, centros penitenciarios, y a donde los lleven. “Éramos y seguimos siendo un grupo de teatro de calle”, aclara Murillo.
Además, recordó, esta compañía fue integrada por actores de tercera, que vivían del teatro en las calles, poniendo el sombrero o la capa para recibir del pueblo lo que fuera su santa voluntad, “y eso somos nosotros, nada más que ya no somos de tercera, somos de primera división”, concluyó.
Testimonios
Diversos personajes inmiscuidos en el mundo teatral opinaron sobre la trascendencia de este grupo.
“Cómicos de la Legua es uno de los teatros más reconocidos de Querétaro y uno de los más respetados. No los vemos como competencia, creemos que somos del mismo equipo, en la misma trinchera”, declaró Lucy Wooto, del Teatro Sol y Luna.
“Es un logro que un grupo de teatro de provincia tenga semejante trascendencia. Me da mucho gusto que siga existiendo y creciendo y que vengan muchísimos años más. Si hace falta formación actoral, que ellos mismos sigan preparándose”, Leonardo Cabrera, director teatral.
“La compañía, como muchas otras, tiene que caminar, y mejorar, aprender más en las técnicas, y las tablas. Cómicos me ha dado una formación humana, primero me ayudó a entender que esto es una enorme familia y que la vida es como el teatro, que está llena de tragedias, de comedias, que a veces las hacemos melodramas”, Mario Baruch Rojas, director escénico en Cómicos de la Legua.
“Es un teatro que tiene 54 años, son gente que no cobra un centavo, hay gente que no ha estudiado y hay gente que sí, yo creo que las tablas te dan una noción de lo que se debe y no se debe hacer. Les tengo muchísimo cariño y muchísimo respeto a toda la gente que trabaja en Cómicos de la Legua”, Jessica Zermeño, actriz y dramaturga.