Más Información
La música colombiana y la mexicana han compartido caminos. En ambos países, los géneros salsa y rock han sido tan bien aceptados que se exportan al mundo. En Colombia, el grupo La-33 se ha inspirado en agrupaciones como Caifanes, La Maldita Vecindad y Fobia, pues en su música también hay cabida para otros ritmos.
Sergio Mejía, su director, platicó que incluso un día intentaron colaborar con Natalia Lafourcade, pero el plan no se logró por su apretada agenda. Para sus integrantes no hay límites y en el festejo de sus 15 años se dieron la oportunidad de homenajear a Jimmy Hendrix al ritmo de “Fire”, la cual incluyen en su EP titulado Caliente.
“Es un clásico de rock que lo tocamos con una fusión entre rock y salsa, es un experimento interesante. Nosotros tenemos un esencia rockera, los músicos cuando empezamos a hacer música era el género que tocábamos la mayoría y es un reflejo de nuestra identidad.
“Nos gusta bailar rumbera pero también tener otro condimento. Las críticas siempre han habido y son buenas, a uno le enseñan. Ellos no tienen la razón y nosotros tampoco; hay cosas que nos sirven y otras que no. Lo sentimos más cuando salió el primer disco”.
El material mantiene su esencia alegre, además que buscaron incluir una salsa vieja como la que en los años 70 se grababa en cintas. En vinilo esperan editar también un recuerdo a la música colombiana con un acercamiento a dos artistas: Lucho Bermúdez y Edmundo Arias.
“Ahora a nivel internacional no hay tantas propuestas salseras que estén viajando, aunque claro que existen las que se han convertido en una institución como Grupo Niche. Sin embargo, es un momento muy importante para la música en el país, hay potencia y apertura en lo folclórico y en lo urbano.
“Hay otros en el rock que incorporan un poco el elemento electrónico y grupos como mezclas. La 33 ha estado al lado de esta gente, aunque diferente porque es salsa, pero surgimos de ahí”, contó.
El 23 de marzo visitarán el Lunario del Auditorio Nacional como parte del ciclo Noches de Salón, donde prometieron un show de 90 minutos que siga conectando con la gente, como han hecho en sus giras alrededor del mundo. Su intención es darle al formato salsa una refrescada jugando, pero siempre respetando las raíces.
“Estamos muy contentos de volver, es mucho tiempo desde que estuvimos. Siempre que hemos ido es bonita la experiencia porque es un público súper cálido y la gente muy amable y buscamos quedarnos más tiempo para ver un rato la ciudad”.