La obra Pongámosle Joaquín al niño, que este fin semana se estrena en el Foro de la Fábrica, tiene como personaje principal a Joaquín (Ramiro Baranda).
Alonso Barrera, escritor y director de teatro, aseguró que este personaje es su álter ego, o mejor dicho su caricatura, y como todas las caricaturas, tiene las partes más feas y divertidas de su vida.
El personaje se llama Joaquín por Joaquín Sabina, mejor dicho por sus canciones. Alonso Barrera lo empezó a imaginar cuando se fue a estudiar teatro a Madrid, hace ya algunos años.
“Es un poco contar mi historia y era un profundo fan de Joaquín Sabina, viví un poco con las canciones de Sabina muchas, muchas historias y quería contarlas en una obra de teatro”, dijo en entrevista.
Joaquín, no Barrera, quiere ser cantante porque cree que tiene talento para eso y para nada más.
Por lo que relató, el personaje, en un resumen muy resumido, al inicio de la puesta en escena, fue parte de la banda Lady Caga, y en algún momento formó la suya, Qromo, con Q, porque en Querétaro todo se escribe Q, aunque no lleve Q (Qronectate, así se llama famosos programa metropolitano de Internet, por ejemplo).
“Creo que cuando me fui a Barcelona estaba en una búsqueda de mí, de mis talentos o de mi falta de talento, y un poco el pretexto de esa metáfora fue el querer ser cantante, el ir en búsqueda algo más que no tenía en ese momento”, explicó.
En la tercera parte de esta involuntaria trilogía, escrita también de forma involuntaria, Joaquín finalmente tiene novias, la anterior lo dejó por su instructor de zumba.
El asunto es que Joaquín se va a casar y va a tener un hijo, no deseado, obvio. Joaquín Jr (Rodrigo Naredo), es un chamaco que dice “fenomeneado” en lugar de friqueado”.
Y su mamá de Joaquín Jr, (Romina Reynoso) se pasa media obra preparando frijoles para comer, aclaro, no pasta, no sopa, ni carne para asar; sólo frijoles.
Ambos, padre e hijo, y en menor medida la madre, tratan de entender cómo es que llegaron hasta donde llegaron, es decir, a la nada. Esto, un diálogo que mantienen entre padre e hijo, es el pretexto para que en la obra aparezcan todo tipo de personajes.
Un padre misógino, intolerante, gandalla (Manuel Naredo); su novia semi adolescente, trepadora profesional, buenérrima, de grandes pechos y pocas neuronas (Olivia Lara); el hijo pródigo (Felipe Hernández), maricón de clóset (eso dicen en la obra, no lo digo yo), de bello trasero (eso también lo dicen en la puesta en escena, no yo) y su novio español y actor (José Remis).
Ese es Joaquín, un personaje que ya se va a morir, manifestó Barrera. “No veremos a Joaquín contra los zombies, ni nada por el estilo”, informó el director.
La obra es Pongámosle Joaquín al niño, el autor y director es Alonso Barrera, y el lugar es El Foro de la Fábrica. Que le guste o no, ese ya es su problema.