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El actor mexicano Damián Alcázar, que anoche recibió en el Premio de Honor de la Muestra de Cine Latinoamericano de Cataluña, asegura que, al no haber papeles en el cine mexicano para hombres de su edad, intentará a partir de ahora hacer cine en inglés.
Alcázar, en declaraciones con motivo de esta muestra que se celebrará hasta el próximo día 19, ha desechado la posibilidad de seguir trabajando en su país haciendo telenovelas, un género que ha calificado de "basura para la gente".
Con más de 60 películas a sus espaldas y de haber triunfado tanto en el cine como en el teatro y la televisión, ha explicado que su sueño sería poder trabajar con cineastas como los hermanos Coen, Atom Egoyan o Scorsese.
"Estoy en un marco de edad -ha precisado- donde ya paso a ser actor secundario, dejo de ser protagonista, porque no se escriben historias para personajes de más de 50 años".
El actor mexicano sostiene que ahora debe intentar hacer cine en inglés y ser lo más selectivo posible: "Sé que voy a tener que pagar la novatada y quizá tengo que hacer alguna que otra basura, espero que no, porque no me importa hacer personajes pequeños".
En su larga carrera, en la que destacan cintas como El crimen de padre Amaro y Satanás, a Alcázar le han ofrecido en más de una ocasión participar en producciones de Hollywood, lo que ha rechazado precisamente para no hacer papeles estereotipados.
"Me invitan muchas veces a participar en películas de Hollywood, pero me invitan a hacer el malo, el narcotraficante,, y yo digo 'no, muchas gracias, ¿para qué?, ¿para que un gringo sea el héroe? que lo haga otro".
El acto recuerda que estuvo a punto de participar en una película de Arnold Schwarzenegger y que también hizo una audición para la película de Denzel Washington Man on fire, aunque al final rechazó participar en ambas.
"Si eres actor tienes que hacer personajes, pero si quieres ser famoso y ganar dinero, eso ya es otra cosa. Yo paso. Prefiero voltear al sur", explica antes de subrayar que las historias que le interesan son las que hace habitualmente con directores de países latinoamericanos.
Eso no quita que haya disfrutado de su participación a lo largo de su carrera en alguna superproducción, como Las Crónicas de Narnia: El príncipe Caspian.
"Disfruté mucho de esa película, primero porque fue Walt Disney quien me vino a buscar a mí, segundo porque se trata de literatura, fantasía, también porque me invitaron a venir 6 meses a Europa, una cosa que no me puedo permitir con mi sueldo de actor en México y también porque era en inglés, fue una superproducción y me gustó mi trabajo. Valió la pena", explica.
"El cine es lo que más me gusta, su frescura, su profundidad, y no me atrae nada dirigir, pese a conocer todos los aspectos del set de rodaje. La cámara es como un león enorme rasurado que está junto a ti y tienes que aprender a dominarlo. Yo creo que lo he conseguido y en el cine me siento como delfín en el agua", añade.
En cuanto a su visión del cine latinoamericano, Alcázar explica que el gran problema que tiene es que, pese al gran talento existente, se encuentra "con el muro" de la exhibición, copada por el cine de Hollywood.
"Así no se puede levantar una industria. Y el público si no tiene oferta ve a Denzel Washington o a Schwarzenegger y todas esas mierdas y no ve las historias formidables de sus cineastas. Es una lástima", concluye.