El mundo de la magia está lleno de secretos y peligros, y para el mago Jaramy éso no fue impedimento para poder entrar en él. Su interés por la magia surgió al mirar la película del Gran Houdini y cuando a su escuela llevaron un mago cuando él tenía 8 años.
“La magia es una fábrica de ilusiones y ser fabricante de ilusiones es estar buscando la sorpresa en el espectador”, dice.
Así como se estudia para ser médico o arquitecto, para ser mago también, aunque lamentablemente en México no hay escuelas para magos como en otros países como son Estados Unidos, España y Rusia.
“En México se puede aprender la magia a través de cursos, congresos y lo más importante: tener la asesoría de un mago. Aunque para que un mago acceda a ser maestro es difícil, para que tú tengas un maestro debes ser un alumno que haya trabajado mucho. El mago se maneja como una casta de reyes. La esencia de la magia es secreto a secreto, donde son muchos los llamados y pocos los elegidos”.
Jaramy asegura que aunque con la tecnología podemos aprender a hacer casi cualquier cosa, la magia no.
“Lamentablemente ‘se hacen magos’ en Youtube. Las personas que aprendieron a hacer tres trucos de magia ni siquiera son aprendices de mago ni aficionados. La magia se adquiere a través de otros magos que dominan todas las parte de la magia; el mentalismo, la prestidigitación, el ilusionismo, la ventriculogía, el escapismo...”
Jaramy explica que la clave la de magia es la prestidigitación (el dominio de las cartas, las monedas, los cubiletes...); al dominar ésa disciplina se llega al ilusionismo, donde se hace uso de grandes aparatos, los cuales son muy costosos. Quienes se dedican a este arte tienen que mandar a hacerlos y los compran en Las Vegas.
“Ser mago es caro, porque lo que más demanda en la magia son los aparatos”, pero a pesar de eso, el mago dice que se vive bien de la magia, gracias a la cual ha tenido la oportunidad de viajar por todo el mundo.
La asistente del mago es también una parte muy importante, señala Jarmy, pues es ella quien se arriesga: es a quien se parte a la mitad, a la que hacen levitar y la parte glamorosa del show.
Y este mago cuenta con la mejor: su esposa Sissy, quien comenzó su carrera desde los 15 años.
Jaramy además de hacer espectáculos creó un programa llamado La magia de la seguridad, donde capacita a los trabajadores para vean la consecuencias de no tener precauciones en el trabajo.
“Una vez en un programa de Memo Ochoa me quemé las manos de tal manera que me dijeron que no podría volver a trabajar en la magia”, cuenta Jaramy, quien está por celebrar 50 años de carrera, que piensa festejar con un show en el que incluirá a magos de todo el mundo.