“El secreto es nunca detenerse, siempre estar activo”, comparte Pepa Salazar (Valencia, 1990) al respecto de qué la ha llevado a abrirse camino en el diseño de moda en tan poco tiempo.

Luego de terminar sus estudios en el Istituto Europeo di Design de Madrid, la creadora consiguió entrar a la legendaria firma española Loewe, en la que realizó prácticas profesionales durante seis meses en el departamento de ready to wear femenino y, además, tuvo la oportunidad de colaborar en el desfile de otoño/invierno 2012-13 realizado en París.

Más tarde, motivada por un amigo que le hizo ver que no mostraba sus creaciones, se aventuró a probar suerte con su primera colección en la pasarela EGO, foro que busca dar a conocer a los nuevos diseñadores, en el marco de la Semana de la Moda Española.

Su trabajo la hizo acreedora del premio Mercedes-Benz Fashion Talent Madrid, el cual la trajo a nuestro país en abril pasado para presentarse en la edición otoño/invierno 2013-14 de Mercedes-Benz Fashion Week México.

DESAFÍO AL PATRONAJE

S, M, L, XL, nombre que recibe su colección debut, representa un estudio de los patrones base: sus errores y distintas tallas, de ahí que algunas de sus prendas parecieran estar unas sobre otras. Uno de sus objetivos era desarrollar al máximo un patrón tan simple, y conseguir un efecto de papiroflexia en las piezas.

Con el reto autoimpuesto de reducir las costuras al momento de diseñar, Salazar ideó diversas faldas y vestidos de distintos largos, así como pantalones, blusas y tops. Para la confección de estas piezas utilizó paño, algodón, poliéster, tejido de punto, napa de cordero y becerro, piel metalizada y lana afieltrada.

Su paleta tonal explora desde el blanco óptico hasta el amarillo, además de experimentar con el baby blue, marino y negro. La complejidad de las prendas se revela mediante drapeados, anudados, asimetrías y sobreposiciones.

El presente trabajo destaca, asimismo, por sus atinados y sorprendentes contrastes: de texturas, volúmenes y colores. Esta combinación de elementos da como resultado una propuesta femenina, versátil y vanguardista, idónea para mujeres con una personalidad muy marcada.

DESPACIO, QUE VA DE PRISA...

Para Pepa Salazar, “diseñar es una forma de expresión propia”. No recuerda un momento preciso que haya definido que esto era lo suyo, debido a que todo se fue dando de manera natural, pues siempre ha tenido una sensibilidad hacia el diseño.

Después de terminar el bachillerato, la española preparó sus maletas y se dirigió a Miami, donde pudo pensar tranquilamente y reafirmó a lo que se quería dedicar. De regreso a su país, decidió mudarse a Madrid para estudiar diseño de moda.

Con el paso del tiempo se fue interesando por el patronaje, lo que la llevó a colaborar con sastres en la ciudad de Londres. Su trabajo, explica, está enfocado más que en la tendencia, en la técnica, en realizar algo más reflexivo e intemporal.

Trasladar lo que se tiene en la mente a una prenda es uno de los retos más difíciles para cualquier creador, señala: “Se puede tener una idea grandiosa, pero si no se es capaz de llevarla a cabo, no sirve de nada; se debe saber plasmar lo que uno tiene en la cabeza”.

La joven se declara seguidora de varios diseñadores japoneses, como Junya Watanabe y Yohji Yamamoto, pues le han ayudado a darse cuenta de lo que en verdad es hacer moda, más allá de seguir o imponer una tendencia.

Entre sus planes actuales figura desarrollar su marca, la cual piensa iniciar a vender de manera online. Aunque ha identificado algunos desafíos en este proceso, Salazar está decidida a no frenar la marcha, ya que su trabajo representa, al mismo tiempo, su gran pasión.

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