Existen historias y personajes del mundo de la cinematografía que se han convertido en leyendas; sin embargo, hay otros elementos que también cobran notoriedad entre los espectadores e, incluso, han robado cámaras, tal es el caso de los automóviles empleados en diversas cintas. A continuación presentamos algunos casos.
Cómo olvidar el emblemático Aston Martin DB5 que James Bond hiciera famoso. A bordo de este deportivo, el espía cumplió toda clase de aventuras. Recientemente, el 12 de julio de este año, este automóvil que data de 1954 fue subastado por una casa inglesa.
Y quién atraparía a los fantasmas que acechan las calles si no existiera el Cadillac Miller Meteor que apareció en Ghostbusters, producida por Ivan Reitman en 1984. Gracias a éste, los famosos Cazafantasmas pudieron derrotar a los espectros que amenazaban con destruir Nueva York y el mundo.
Por otro lado, el Chevrolet Camaro saltó a la fama gracias a Transformers. En la primera cinta de esta saga, el auto que se convierte en el famoso Bumblebee inicia siendo un modelo 1977, viejo, olvidado y desgastado. Posteriormente, experimenta una evolución. A raíz de este filme, las ventas de este modelo aumentaron en diversos países, entre ellos México y Estados Unidos.
Velocidad, adrenalina, carreras callejeras, mujeres guapas y una gran variedad de automóviles, qué más se podría pedir. La saga de Rápido y furioso, lanzada en 2001, reúne esto y más. El Toyota Supra, uno de los modelos que aparece en esta historia, ha captado la atención de muchos fanáticos, pues quién no quisiera tener este modelito aparcado afuera de casa.
Y por último, pero no por ello menos importante, presentamos al que ha acompañado a Batman en muchas de sus aventuras, y no precisamente nos referimos a Robin. A bordo del ‘batimóvil’, el superhéroe recorre las calles de Giudad Gótica para luchar contra el crimen. A lo largo de los años, este vehículo ha presentado una evolución en la pantalla.