Vida Q

Regocijo de sabor

Regocijo de sabor
13/12/2012 |00:29
Redacción Querétaro
Pendiente este autorVer perfil

Las Posadas son las celebraciones más esperadas del año, es época de compartir, de exponer a los seres queridos un mosaico donde se conjugan expresiones de paz, fraternidad y de todo un regocijo gastronómico.

Por ello Marcela Briz, del restaurante El Cardenal, propone una selección de platillos mexicanos para las Posadas que inician del 16 al 24 de diciembre.

“Son épocas de dar, de compartir las sazones de casa, de imprimir en cada platillos el cariño y dedicación.

“Toritas de bacalao y romeritos, tamales oaxaqueños, taquitos dorados, chalupitas, dulce de calabaza y tejocotes en dulce, buñuelos y aromático ponche, son algunas de las preparaciones que puedes incluir en este agasajo decembrino”, explica Marcela Briz.

Hay que recordar que diciembre es una época para dar amor y qué mejor que impartir ese sentimiento en cada platillo, bocadillo o antojito para regalar a los amigos y seres queridos.

UNA HISTORIA DE RELIGIÓN Y SABOR

Los festejos para recordar el peregrinar de María y José, son una tradición que desde el siglo XVI marcó las costumbres de un México tradicional.

Estos festejos surgen en el poblado de San Agustín de Acolman, donde los frailes agustinos los implantaron con el fin de sustituir y erradicar las celebraciones paganas del culto idólatra, que tenían las comunidades indígenas de México.

Escritos en el texto Aspectos de las Fiestas Navideñas en México, editado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), narra que los dominicos en su afán de divulgar el Santo Rosario, establecieron y difundieron la costumbre de realizar el novenario que precede al 24 de diciembre.

PASAJES BÍBLICOS

Al terminar las oraciones se cantaba la letanía y los participantes se retiraban a sus hogares. En 1587 Fray Diego de Soria obtuvo del Papa Sixto V, un aviso que autorizaba la celebración de la Nueva España de unas misas llamadas aguinaldo, del 16 al 24 de diciembre. Tales festejos tendrían lugar al aire libre, en los atrios de los templos y entre los cuales se intercalaban pasajes y escenas de la Navidad. Una celebración que con el tiempo se denominó Posada por el acto de pedir asilo.

EL TOQUE MEXICANO

Las Posadas mexicanas se caracterizan también por las piñatas, del origen de ellas existen varias hipótesis.

Una es que provienen de China y posteriormente se introducen a España y Sicilia por los árabes, para finalmente llegar a América. Otra de las versiones asegura que son de origen prehispánico por los adornos en forma de piñas, confeccionados con flores y frutas de gran colorido.

La piñata simboliza la lucha que sostiene al hombre, valiéndose de la fe, que es el palo, para destruir el maleficio de las pasiones, que en este caso es la piñata.

Actualmente, en Acolman, camino a las Pirámides de Teotihuacán, se localiza el convento en donde se rompiera la primera piñata, por tal motivo cada año se lleva a cabo una feria y concursos de piñatas. Como tradición de la Colonia, el México independiente conservó entre sus más caras tradiciones la celebración de las nueve Posadas, las cuales se recuerdan cada año en casi todos los hogares de México.

BULLICIO NACIONAL

Las Posadas son una diversión esencialmente mexicana, debido en gran parte al carácter social de sus habitantes y su gusto por el bullicio. No hay que olvidar que un elemento importante en estas festividades son las piñatas, que guardan la gran variedad de frutas de temporada, como las olorosas guayabas y los tejocotes; naranjas, limas, cacahuates y cañas, entre otras.

Durante estas celebraciones se pueden degustar sabrosos antojitos como tacos dorados, quesadillas de diversos rellenos, sopes, tamales, un buen plato de pozole, pambazos, crujientes y azucarados buñuelos, todo esto acompañado del tradicional ponche con piquete.