Para almas perdidas y solitarias, desesperados, para los que piensan que el amor “apesta” pero cómo hace falta, para ellos los angustiados, existen los “amarres”, conjuros para los casos imposibles.
Doña Chayito, yerbera del mercado Escobedo, vende lo necesario para unir la pareja o atraer la deseada. Aguas fuerte, miel rosa, polvo aromáticos, veladora y aceite rojo, entre otras cosas.
Para casos imposibles: Santa Muerte, Legítima agua, Agüita roja, se unta, pero no se toma. Rocíe por donde andará el amado o la amada. Para terminar de amarrar, una oración que salga del alma.
Los preparados y sus ingredientes de los “amarres” son el secreto mejor guardado, “ya viene preparados Don, no sabemos cómo los hacen”, dijo el dependiente.
Para los casos prohibidos. “Miel Unión” no es una miel cualquiera, es más, no es miel, pero el asistente de yerbero advierte que se deben seguir las indicaciones con cuidado.
Para la miel, escriba el nombre del amado en un papelito, sumérjalo en la miel, agitar y colocar sobre un trapo negro y colocar en un rincón, y por ningún motivo debe darle la luz durante 15 días.
Los amarres se venden todo el año, pero el 14 de febrero aumenta las ventas.
La oración: “Haz que mi pareja sólo piense en mí, que sus deseos sean míos, sólo míos, danos el consuelo muto. Haz de nuestro hogar un sitio de amor, que no haya amarguras, egoísmo, rencor ni abandono”.
Para los casos con esperanza. Una veladora para el amarre total. Son tres, padre, Hijo y espíritu santo. Prendase mañana, tarde y noche. Para estabilizar la relación, una veladora de manzana puede servir.
Para los casos extremos. Poderoso aceite consagrado “Atracción y amor”, con yerbas de olores extraños, mientras más feo el olor, mejor, dice el hombre que atiende.
Para unir parejas o atraer la deseada. Indicaciones: untar con miel rosa, visualizando a la persona deseada, enciéndala en cualquier luna, nunca en menguante hasta que se terminen los residuos, entiérrelos en su jardín o en una maceta.
Para casos urgentes e inmediatos y sólo para ellas. Aceite de hormonas “Yo domino mi hombre” con feromonas. Oración: “Hacer señor que nuestros deseos se cumplan, nos inclinamos ante tu sabiduría infinita, sobre todo en las cosas que no nos es dado comprender”.
Uno de esos no queridos se acerca al puerto lleno de yerbas y figuras de la Santa Muerte. Mira curioso, le sudan las manos, se las mete a la bolsa del pantalón, pregunta: “Mire yo buscaba algo, como le diré…”. Vuelve a mirar, lo piensa. “Tendrá algo que me ayude…”, vuelve a preguntar.
Para los casos que ni con amarres se consolidan, ni doña Chayito del Mercado Escobedo, ni nadie, los puede ayudar.