El Péndulo comenzó hace 20 años (17 de junio 1993) como un lugar de encuentro para los habitantes de la colonia Condesa pero se convirtió también en un escaparate para nuevos cantantes y compositores, muchos de los cuales hoy llenan auditorios y estadios.

Eduardo Aizenman, uno de los fundadores de El Péndulo, comentó: “Desde el principio la idea era generar una cafebrería (cafetería y venta de libros), pero queríamos que eso surgiera alrededor de un foro, en eso nos apoyó gente como Tania Libertad o Fernando Delgadillo. Al principio los conciertos los hacíamos en la Condesa pero teníamos que cerrar la librería para el show, entonces lo movimos a la Zona Rosa, hasta que hace dos años fundamos el Foro El Tejedor, en la colonia Roma”.

Procurar un espacio para aquellos que quieren dar a conocer su propuesta artística no es algo que necesariamente se buscó con fines de tener ganancias, comentó el empresario. “Es una parte por amor al arte, nunca ha sido algo esencial del negocio”, dijo Aizenman.

Del baúl de los recuerdos

En esas dos décadas muchas anécdotas se han generado en los espacios de El Péndulo, especialmente en La Condesa, como lo sucedido a Julieta Venegas 18 años atrás, cuando todavía no era una estrella. “Curiosamente llegó a tocar con nosotros Julieta Venegas, pero tuvimos que cancelar un concierto porque sólo había seis boletos vendidos”, recordó Aizenman.

Quien también probó suerte en El Péndulo fue Lila Downs. “Tocó en algunos de nuestros eventos de aniversario, nadie la conocía, ahora ya tiene un nivel muy fuerte”.

También han pasado por sus escenarios Café Tacvba, Cecilia Toussaint, Hernaldo Zúñiga, Jorge Drexler, Carla Morrison, por mencionar algunos. “Ahorita con el 20 aniversario hemos vuelto a invitar a alguna de esas personas. En realidad regresan por el cariño al lugar, porque es una experiencia mucho más íntima, ellos están a unos metros del público”.

Pero no todos lo que han pisado El Péndulo ha sido para actuar. Eduardo mencionó la ocasión en que Joaquín Sabina fue al de la Condesa porque le dijeron que tenía que escuchar a Fernando Delgadillo. Hubo tal empatía que terminaron de fiesta en el hotel donde se hospedaba Sabina .

“De repente se para Fernando y le dice ‘es una tradición en México que los artistas intercambien cinturones’, y Sabina le contestó, ‘eso no lo había oído’. Fernando se saca el cinturón y se lo da, Sabina vio un cinto marca Tepito contra el suyo Versace, y sólo dijo ‘bueno’, e intercambiaron”, reveló Eduardo.

En la última visita de Metallica a México, su bajista Robert Trujillo conoció al primer Péndulo y le gustó tanto, que los seis días que duró su estancia estuvo en la librería. “La gente venía a esperarlo”, cuenta.

Google News

TEMAS RELACIONADOS