Ana y Bruno, película animada de Carlos Carrera, ya está concluida, luego de 11 años de preparación.
“La versión final está terminada, es una película que Pablo Baksht inició el proyecto y le pusieron mucho corazón, hoy está concluido y creo que va a ser una película como un referente de la calidad de animación y de las historias que se pueden hacer en México”, afirmó Mónica Lozano, de Alebrije Producciones.
Se informó que los productores se encuentran ahora negociando las etapas finales, como promoción, distribución internacional y venta de licencias.
Se trata de una cinta que tiene “el presupuesto más alto para una película en este país”, dijo Baksht, sin precisar números.
“Lo que sí te puedo decir es que logramos tener una calidad para poder competir en el mercado internacional”, afirmó el productor.
Una película animada tiene, en promedio, un presupuesto que va de los 10 a los 100 millones de pesos, y más, explicó Ricardo Gómez de Kaxan Group de Guadalajara.
Cinta hecha con el corazón. Ana y Bruno se animó en México y la India. En este país se hacía la parte creativa y en la India la maquila. “Pero se enamoraron tanto en la India de ella, que le pusieron mucho corazón”, afirmó el productor.
En su manufactura participó Anima Estudios de Fernando de Fuentes, también Lo Coloco Films y Discreet Art Production de India. Además de más de un centenar de animadores procedentes de varios estados del país.
Es el primer largometraje animado de Carrera y ha dicho a la prensa que es la película que más le gusta de las que hecho.
Se trata de una película para niños de entre 9 y 80 años, con dos personajes, Ana (con la voz de Galia Mayer) y un ente travieso (con voz de Silverio Palacios).
Cuenta el productor Pablo Baksht que cuando Galia grabó la voz para Ana era una niñita y no sabía leer.
“Le decíamos lo que tenía que decir, se lo aprendía y lo repetía e incluso improvisaba”, relató el productor. Galia Mayer es ahora una adolescente.
Carlos Carrera fue el primer mexicano en recibir una Palma de Oro en Cannes por el corto El Héroe (1994), película hecha a mano, dibujo tras dibujo, sobre una niña en el Metro de la Ciudad de México y un héroe anónimo. Poco tiempo después, hizo De raíz, un corto animado hecho con stop motion.
De las páginas a la pantalla grande. La cinta Ana y Bruno parte de una novela gráfica creada por Daniel Emil de tan sólo 18 páginas, que fue convertida en un largometraje de una hora y media.
Participaron en la producción más de 60 socios nacionales (solamente dos extranjeros) y el 80% del presupuesto es privado.
Los 11 años de producción suenan muchos, pero tratándose de una película animada son pocos.
“En una película de este tipo el tiempo es calidad y cuidamos mucho la escritura del guión”, manifestó Pablo Baksht.
Sobre el cine animado en nuestro país, el productor mexicano afirmó que lo mejor está por venir. “Así como nosotros los cineastas trabajamos desde hace 30 años para ver lo que está sucediendo ahorita con el cine, lo mismo está sucediendo con la animación en México”, concluyó.