Como si se tratara de la escena de una película infantil, el lugar te recibe con dulces de todos los colores que, además de asaltar los sentidos, provocan la necesidad de probarlos de un solo bocado, pero eso es sólo el inicio, pues los batidos permiten tantas combinaciones como puedas imaginar.
Esta aventura para el paladar empezó hace un par de meses, cuando Magali Ocampo del Valle y David Treviño abrieron las puertas de “Las locas malteadas de Carranza” en donde la locura de los sabores no tiene restricción.
Magali ha estado inmersa en el mundo de los negocios de la repostería desde hace años y se caracteriza por estar innovando constantemente en sus preparados. Hoy, Querétaro es testigo de su más reciente creación.
Después de un viaje a la Ciudad de México, Magali se dio cuenta de la variedad de batidos que existían, algunos con decoraciones especiales a base de galletas, chocolates o dulces. Entonces, su mente comenzó a trabajar y al regresar inició con pruebas para hacer su propia malteada.
Poco a poco le fue añadiendo más elementos a la decoración, hasta que logró conseguir su objetivo, un producto totalmente llamativo a la vista.
“Después de muchas pruebas para saber cómo sostener tantos ingredientes, logré hacer una que tenía un algodón de azúcar, crema batida y dulces”, expresó orgullosa la fundadora.
En conjunto con su esposo David, buscaron un lugar céntrico para empezar con la aventura y el 31 de marzo de este año llegaron a la calle de Venustiano Carranza no. 15, Colonia Centro, para hacer de su idea, un éxito total.
A escasos dos meses, las malteadas han adquirido una gran popularidad entre los queretanos. Las redes sociales se llenan de fotografías de los diferentes preparados y pareciera que cada vez los comensales se animan a crear decoraciones más alocadas.
“La idea es que una vez hecha la malteada, la gente pase a la barra y le ponga lo que ellos prefieran. No hay límite”, comentó David.
Con la intención de impulsar el comercio local, los dulces, como las donas y otros ingredientes, provienen de productores de la misma zona, ya que el objetivo principal es garantizar calidad, frescura y sabor.
Pero la diversión no se queda en el producto estrella, sino que también hay actividades que puedes realizar como jugar jenga, dominó, memoria o simplemente gozar de la plática entre amigos con buena música de fondo.
“Es increíble cómo la gente se olvida hasta del celular, lo usan solo para tomar la foto, pero después se entretienen. Todo el tiempo se escuchan risas aquí, es un ambiente muy padre”, concluyó Magali.