La mezcla ideal de un antro, un bar y un karaoke se encuentra más cerca de lo que imaginas; “Showroom” es un espacio en donde todos pueden tener sus cinco minutos de fama.
Hace algunos años —en 2013— nace la idea de este proyecto en la ciudad de León, Guanajuato, cuando sus fundadores, Karen y Aldo Mejía, buscaron innovar en el ámbito de centros nocturnos de entretenimiento.
Cansados de ver cómo salían a luz antros y bares con el mismo ambiente, crearon un recinto en el que público desde los 18 años pudiera bailar, cantar y divertirse de forma versátil.
“La idea era romper con el paradigma de un canta bar en el que toda la noche escuchas a otros hacer su concierto”, expresó Jesús Hernández, director operativo, mejor conocido en el staff como Chuy.
Al principio, les costó un poco arrancar el negocio, pero una vez que la gente entendió y experimentó el concepto, comenzó a crecer a pasos agigantados. Un año después se establecieron dentro de la Feria de León y pronto optaron por hacer réplicas del lugar original en distintas ciudades de la República.
La sucursal de Querétaro abrió sus puertas en 2015 y un año después, Irapuato contó con su propio “Show- Room”, sin embargo, el plan de los fundadores es continuar expandiéndose por el país.
Los asistentes de diferentes edades, se dan cita para gozar de una noche de fiesta, en donde las selfies están a la orden y la alegría es reflejada fielmente en redes sociales.
“Para entrar el mínimo de edad es de 18, pero no hay un límite, incluso han venido parejas a festejar bodas de plata”, celebró Chuy.
Toda una experiencia. A partir de las 9 de la noche la música comienza a sonar con ritmos que van desde pop, rock y electrónica, hasta llegar a las movidas cumbias que ambientan la velada.
Para iniciar la fiesta, el micrófono está encendido y se cuenta con sombreros, máscaras, instrumentos, pelucas y otros artículos disponibles para que quienes se animen a subirse al escenario, armen un verdadero espectáculo.
Poco a poco va cambiando la temática, junto con las luces del lugar que se van tornando de distintos colores, pronto un mapping refleja proyecciones sobre la pared y aparece un animador para darle un giro a la noche; la gente se levanta de sus asientos para lucir sus mejores pasos de baile.