La imaginación es poderosa. Y la imaginación infantil, quizá, lo es aún más. La compañía canadiense Théâtre Puzzle lo sabe y consigue que sea su fuerza vital. No necesita de ningún artilugio para crear mundos y criaturas fantásticas. Una historia, nos dicen los artistas Pavla Mano y Csaba Raduly, se puede contar con las manos, con sonidos, con pañuelos, con plástico.
Théâtre Puzzle explora los distintos estilos escénicos en el teatro de objeto y marioneta con un sentido pedagógico. En el marco del Festival Internacional Cervantino presentó la obra Plástico, hecha con bolsas de ese material, en diferentes tamaños y colores. Sólo una cosa tienen en común, tardarán en degradarse 400 años.
Sobre una mesa hay muchas bolsas, Pavla toma una y cuenta que a partir de una bolsa que vio volando por las calles, tuvieron la idea de usar ese material para crear sus criaturas. Poco a poco van desenvolviendo una a una para crear posibilidades infinitas. Una pequeña de color rojo es un pez que nada por un mar construido en el aire, un segundo después es atrapado por una más grande y luce igual que los peces que se ponen a la venta con un poco de agua. El asombro es genuino; niños lamentan su captura.
Y esto, es sólo el proceso. Pronto presentarán, en español, a los protagonistas de la obra, dos monstruos que emprenderán una lucha por sobrevivir y comerán otras bolsas hasta su casi autodestrucción.
Un epílogo sella el deseo de los creadores, sin postura política, sin sentencia ideológica. Las bolsas, nos recuerdan, se comerán unas a otras durante los siguientes 400 años, el tiempo que tardarán en degradarse. ¿Quién desea eso? Nadie. Ojalá.
bft