Cumplir el sueño de tener un espacio y el presupuesto para montar sus espectáculos tuvo más obstáculos que no estaban previstos, entre ellos, dar a conocer un teatro que, aunque estaba en buenas condiciones y muy céntrico, pocos conocían: el Isabela Corona, en Tlatelolco.
Cuando por fin La Trouppe, beneficiados por el programa Teatros para la comunidad teatral, que CONACULTA, a través del FONCA, y el IMSS operan desde 1996, logró tener un teatro para sus obras, la compañía se percató de las carencias del inmueble.
“La idea era dar a conocer el teatro, porque nos dimos cuenta que mucha gente no lo conocía, ni los medios, entonces la primera parte del proyecto que planteamos era invertir mucho en difusión para el teatro”, explicó Lady Lucas, integrante de la compañía.
Aunque tenían la ventaja de que les dieron el teatro en comodato y podían rentarlo, se enfrentaron a otro problema: el teatro no estaba en orden, no tenía permiso para operar, no tenían licencia de uso de suelo ni un número que lo identificara, de acuerdo con Mauro Mendoza (Trupo).
“Los tres primero años en la delegación no nos pedían nada, más que decir que el IMSS nos dio un teatro, y nos daban todos los permisos; cuando el gobierno cambió, entró Cuauhtémoc Cárdenas y puso en orden a la delegación Cuauhtémoc, y eso incluyó los teatros, fue una locura ese año y medio”, señaló Silvia Guevara, una de las que se dio a la tarea de resolver todos los trámites burocráticos y cuyos costos se cubrieron con parte de su presupuesto y la taquilla.
Tres años después de que tener el teatro, el comodato desapareció, junto con las rentas, pero gracias a que son una compañía de repertorio (en ese entonces tenían siete obras), no hubo que producir montajes de inmediato, además de que el mantenimiento del teatro estaba a cargo de IMSS.
Con todo en regla, La Trouppe dice todo fluyó y el teatro fue saneado.