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Amor de clown en Siguientescena

Amor de clown en Siguientescena
16/08/2014 |00:23
Redacción Querétaro
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Greta trae puesto desde el 2010 un vestido de novia, en espera de que llegue su hombre perfecto. Pero este año, el personaje clown de la obra Perhaps, Perhaps... Quizás, interpretado por Gabriela Muñoz, se dará un descanso, porque Gabriela ya está trabajando en un nuevo show llamado El Limbo, que se estrenará en el 2015.

Perhaps, Perhaps... Quizás presentó dos funciones en la séptima edición del Festival Internacional de Arte Evolutivo Siguientescena, ante un público que lo mismo se carcajeó y se quedó en total silencio al conocer la hermosa, pero trágica historia de Greta.

El personaje que interpreta Gabriela nació para hablar de la “separación de una pareja y la idea de esta novia que se queda esperando que regrese su amor y cómo el pasar del tiempo la hace un ser decadente, pero lleno de esperanza; es un poco como este personaje de Charles Dickens (Grandes Esperanzas), que es de una historia real sobre una hija de unos millonarios, que la dejan y pide que nada se toque, el novio nunca llega, pero está el pastel ahí y ella dice: nadie toca nada, y la casa se queda así años y años, el pastel podrido, con bichos y gusanos y ella vestida de novia, vuelta loca”.

Al preguntarle a Gabriela, ¿en qué se identifica con Greta? Entre risas, contesta que en todo, pero advierte que el personaje refleja una historia con la cual se pueden identificar hombres y mujeres.

“Vivimos en una terrible soledad que tenemos esa idea de que sólo estar con alguien nos hace felices, pero en realidad hay tantas maneras de amar y de ser amado que no tiene nada que ver con tener una pareja. Pero aparte está esa precisión de que si eres mujer y tienes 30 años y no te has casado; o el ver como mucha gente se casa y no tiene idea ni de con quién se está casando, pero dice: bueno por lo menos ya la libré, ya me casé. Aunque la presión y frustración es igual para los dos géneros”.

El proyecto comenzó con 16 minutos y se extendió a 30 minutos para su participación en su primer festival de Nueva York, y en este 2014, en su versión más amplia, terminaron una temporada de tres meses en el Cine Tonalá y otra en el Teatro Milán de la Ciudad de México; con las dos funciones que presentaron en Querétaro, en el festival Siguientescena 2014, Gabriela culminó las presentaciones de esta obra, al menos por un momento.

Y ahora se dedicará a trabajar en El Limbo, un nuevo proyecto inspirado en sueños de Gabriela pero con una narrativa sonora, en la cual ya trabajan tres músicos. El estreno de éste será en el 2015 en la ciudad de México.

De risas e inspiración

¿Cómo fue tu acercamiento al clown?

Desde chiquita. Cuando le dije a mis papás que era payaso, mi papá me dijo: finalmente saliste del clóset. Creo que fue desde chiquitita, pero me fui a Inglaterra a estudiar trapecio.

Y nunca me llegué a subir al trapecio, la gente se reía mucho cuando me trataba de subir y, entonces, a partir de ahí empecé a disfrutar esa cercanía de la risa. Me dije: mira, hago a la gente reír, qué bonito, es lo máximo que la gente se ría y así de carcajada fuerte.

¿Y a ti qué te hace reír?

Muchas cosas, soy como muy simple. Tengo como dos lados. Puedo ver el cielo y ponerme a llorar muy fácil, ver árboles que se mueven y me dan ganas de llorar, hay como una nostalgia muy profunda, como de un alma muy vieja y lo mismo para reír, soy muy simple.

¿Fue complejo el cambio del trapecio al clown?

Fue muy natural entrar a ese universo y aparte lo que hago, todo lo que hago, este lenguaje y con esas ganas, ese ánimo, es con una intensión. Tengo una gran necesidad de expresarle al público cosas, de ver a la gente que sienta, para reírse, para llorar, algo que los sacuda.

¿Y hoy en día cómo ves el trabajo del clown en México?

Me acuerdo que cuando regresé a vivir a México, no había nada. Había muy poquito trabajo al respecto. Yo empecé a dar talleres y, de repente, empezaron a haber personas dando más talleres y ahorita creo que es algo más popular. Yo no estoy de acuerdo con volver cosas moda, esto lo hago y lo haré hasta el día en que me muera, pero siento que sí se volvió como una moda, algo muy grande que todo el mundo quería probar, y ahora siento que como que esa energía se relajó, para la gente que está en una búsqueda más profunda. Y los que están trabajando actualmente tienen muy buen nivel, hay trabajos muy buenos en México y en Latinoamérica.