El Gran autorretrato de Chuck Close, de 1968, al lado del soberbio retrato de Francisco I que en 1540 creó François Clouet, es una de las múltiples combinaciones que ofrece El ABC del arte. Sólo en un libro como éste pueden convivir obras tan lejanas en el tiempo, el estilo, el mensaje, las técnicas.
Otras parejas “singulares” que encierra la publicación son las de Ai Weiwei y Josef Albers, José Clemente Orozco y Gabriel Orozco, Edgar Degas y Richard Deacon...
Para cada espectador puede ser un hallazgo que el “azar” alfabético pone en juego en estas páginas.
Phaidon y Océano México coeditan para América Latina El ABC del arte, nueva edición del libro publicado originalmente en 1994 en Londres, con alrededor de 100 nuevos nombres de artistas -casi todos del siglo XX- entre los que figuran seis mexicanos: José Clemente Orozco, Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, Frida Kahlo, Rufino Tamayo y Gabriel Orozco. Aparece también el del artista belga radicado en México Francis Alÿs.
Pedro Martín, representante de la editorial Phaidon en España explica en entrevista telefónica: “Es un libro amplio, a todo color, con una selección de grandes obras, de los grandes maestros en la historia del arte durante un milenio aproximadamente”.
La primera edición del libro salió en inglés; su nombre fue The Art Book. Para Martín, la idea del libro “es jugar con parejas imposibles. Lo revolucionario del libro fue hacer un orden alfabético de artistas con la intención de resumir la historia del arte occidental desde los siglos XII, XIII, hasta nuestros días”.
A lo largo de estas dos décadas, el libro ha sido uno de los más traducidos de su tipo, con ediciones en 20 idiomas, y de los más vendidos. Se ha ampliado también a otras series, como el “ABC” dirigido a los niños.
Sobre esta nueva edición, Martín agrega: “No sólo hemos ampliado a 100 artistas, sino que se ha actualizado y algunos que aparecían los presentamos con otras obras; de esos 100 artistas, unos 80 son contemporáneos. Algunos, unos 20, 25, que no son contemporáneos, los incluimos porque en los últimos años han adquirido mayor importancia”.
El libro ofrece una breve reseña del artista y la obra seleccionada; al final incluye también una cronología, nombres de artistas de la época o de otras obras claves. Contiene también un glosario de términos y referencias de museos y centros de arte que son los que conservan estas obras seleccionadas.
Sobre la investigación
Maestros, investigadores, curadores son parte de este proyecto editorial.
“Este equipo es el que determina no sólo qué artistas, son estos casi 600 que resumen la historia del arte occidental de los últimos ocho siglos, sino cuál obra de ese artista es la que mejor los representa”, comenta.
La ventaja que este tipo de libros representa para las editoriales es que en muchos casos las obras se publican sin que haya que pagar derechos porque la antigüedad de las mismas libera del pago de éstos, pero también porque las editoriales publican otros libros donde ya aparecen las obras. Para el caso de artistas contemporáneos, como Marina Abramovic o Francis Alÿs, la editorial Phaidon trabaja con material de su serie Contemporary Artists, que no está traducida al español, y que es una serie especializada de monografías de artistas contemporáneos.
Criterios de selección
“El criterio para incluir a un contemporáneo es la importancia que ha tenido en los últimos años”, dice el editor y detalla que aparecen Ai Wei Wei, que salta a la fama con las Olimpiadas Pekin, o Marlen Dumas, de las primeras mujeres pintoras en marcar récords en subastas.
“Todos son gente que está muy consagrada, con exposiciones monográficas en alguno de los grandes centros de arte del mundo”, dice el editor español.
Sin duda en la selección es determinante el lugar que estos artistas han ido teniendo en el mercado del arte. En ese sentido no sorprende que se incluya a Damien Hirst con la pieza Por el amor de Dios, cráneo con 8 mil 601 diamantes que se vendió por alrededor de 100 millones de dólares.
Cuestionado sobre los criterios para incluir a artistas contemporáneos y si éstos han pasado la prueba del tiempo, el editor Pedro Martín responde: “En cualquier selección habrá polémica. ¿por qué este artista? ¿por qué esta obra? Lo interesante de eso es que crea diálogo. Después de que la gente se acostumbra a ver obras consagradas, clásicas, ve a su lado una de 1998, en la misma página, con el mismo tamaño, con la misma importancia. Al final, sólo 80 son contemporáneas, pero eso le da al libro un juego entre otras súper conocidas, el Renacimiento italiano, Miguel Ángel, Leonardo, Rafael, con nuevos artistas; eso da más capacidad didáctica”.
Sobre los artistas incluidos de América Latina, dice: “El criterio es el mismo, se buscan los artistas que se considera que forman parte de la historia del arte. En España no pueden dejar de salir Goya, Velásquez, El Grego”.
No es este un libro que busque su versión en el mundo digital, sino que la editorial lo impulsa como un libro objeto, para el cual, por ejemplo, la portada fue elegida tras un concurso en el que el ganador fue el diseñador español Javier Mariscal.
“A cada libro intentamos darle un formato y una maquetación; editamos libros de diferentes tamaños, unos son temáticos o cronológicos, otros son alfabéticos. En un mundo electrónico un libro como éste pierde el juego. Hoy hablamos de lo digital, del eBook, de las redes sociales, pero un libro como éste todavía creemos que tiene vida en objeto. Reproducir una obra de arte en lo digital no te da la calidad que trae el libro; sigo creyendo que el libro de arte todavía tiene vida”, afirma Martín.
El libro es una guía alfabética de 500 grandes pintores y escultores, desde la Edad Media hasta la actualidad; se ha publicado en más de 20 idiomas. Incluye una reproducción en color a toda página de la obra más representativa del artista, acompañada de una explicación, las clasificaciones de la historia del arte contrastando ejemplos destacados de todos los periodos, escuelas, visiones y técnicas.