“Voy a regresar a San Francisco para volverme a casar con Diego. Él quiere que lo haga porque dice que me ama más que a cualquier otra mujer”, dice Frida en una de sus cartas, pero ese tormentoso amor entre Frida Kahlo y Diego Rivera, no sólo quedó registrado en la letra, la fotografía también resguarda esa leyenda.
Diego y Frida, una sonrisa a mitad del camino es una exposición que muestra la historia de estos dos célebres pintores, desde que eran niños, y se presenta en el Centro Cultural Manuel Gómez Morín de Querétaro.
Imágenes captadas por Guillermo Kahlo, Víctor Casasola, Manuel Álvarez Bravo, Emmy Lou Packard, Peter Juley y Guillermo Zamora, entre otros fotógrafos, algunos de nombre desconocido, forman parte de la muestra organizada por la Alianza Francesa de Querétaro.
El recorrido de la exposición inicia con las imágenes del día en que los padres de estos dos pintores contrajeron matrimonio.
Diego Rivera y María del Pilar Barrientos se casaron en Guanajuato, en 1884. Mientras que el fotógrafo alemán Guillermo Kahlo y la oaxaqueña Matilde Calderón se casaron en 1898. La historia continúa con las imágenes de Diego a los cuatro años, esta imagen fue capturada por Vicente Contreras, en 1890.
Guillermo Kahlo retrató a Frida también a los cuatro años.
“Frida fue la hija consentida de Guillermo y por eso la retrató en innumerables ocasiones”, dice la ficha técnica de esta imagen.
Las fotos individuales de estos dos personajes presentan su historial de estudiantes y las primeras actividades laborales de Diego, hasta que finalmente sus vidas se unen. Primero por la pasión del arte y después por su filiación política.
Diego Rivera y Frida Kahlo se casaron por primera vez el 21 de agosto de 1929, testigo de este acontecimiento es la fotografía que realizó Ernesto Reyes en el Estudio Reyes de Coyoacán, ciudad de México.
El segundo matrimonio de esta pareja fue fotografiado el 8 de diciembre de 1940.
Las imágenes en blanco y negro no inhiben los besos, abrazos y miradas cómplices de Frida y Diego.
Sus viajes por Estados Unidos, y otros estados de México, así como la intimidad de su casa, la Casa Azul, en compañía de sus adorados perros prehispánicos, llamados xoloitzcuintles, también se exhiben en esta gran muestra.
Amigos de Diego y Frida, como Leon Trostsky, André Breton, Pablo Neruda y David Alfaro Siqueiros, así como otros personajes, enmarcan la historia de estos dos pintores originarios de México.
Diego y Frida, una sonrisa a mitad del camino permanecerá en exhibición en la Galería 1 del Centro Cultural Manuel Gómez Morin (La Central), hasta el 30 de octubre, la entrada es libre.