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Paja artificial, una caballeriza, un gallinero de madera y un sinnúmero de detalles hacen del nuevo restaurante The Farm sea una opción diferente. Carlos Vanegas, ingeniero industrial sonorense, y Eloy Sánchez, cocinero originario de la ciudad de México, fueron los encargados de crear este concepto, donde el objetivo es ofrecer comida para los trasnochados, pues su cocina está abierta toda la noche.
“Abrimos a las 9 de la noche, jueves, viernes y sábado, y cerramos hasta las 4 de la mañana. La idea surgió porque nos dimos cuenta que nosotros cuando salimos del antro, a las 2 ó 3 de la mañana, sólo hay tacos, hot dogs o una tienda de conveniencia. Entonces pensamos en ofrecer comida básica que se antoja antes de regresar a casa”, explica el entusiasta Carlos.
Eloy Sanchez, agrega que en ningún lado encuentran, después de las 2 de la mañana, comida dulce por ejemplo. Y hay gente a la que se le antoja unos hot cakes; en otros países usan los alimentos dulces para reducir los niveles alcohólicos. Entonces pensaron: ¿por qué no?
“También tenemos en la carta la parte salada y picante con los chilaquiles y el sándwich de rib eye, entre otras opciones. No tenemos un menú glamoroso, ni caro, queremos que sea un lugar cómodo, slow food, para la gente que sale de noche y le gusta la comida, y quiere pasarla bien”, agrega el cocinero.
Vamos a la granja
El menú consiste en cuatro platillos principales. El primero son los hot cakes, hechos con la receta secreta de la abuela; es la parte dulce. Sigue el farmsandwich, que se prepara con pan de leche y mantequilla, rib eye, huevo frito y queso azul.
El tercero son los chilekillers, los clásicos chilaquiles preparados con totopos azules bañados en salsa verde con pollo, queso y crema, se les puede agregar un huevo estrellado. Y, por último, las Farm fries, que son papas naturales cocinadas al momento con un toque de queso parmesano, aceite de trufas y especias.
Las bebidas son las tradicionales: aguas, refrescos y cervezas. No obstante, la novedad es que hay chocolate con leche, el cual pueden servir en vaso o en jarra. Para redondear el concepto, los lugares para comer son mesas largas con bancas que permiten que los visitantes compartan el espacio, se conozcan y sigan disfrutando de la noche. No sólo con la comida, sino también con la música.