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Luego de su exhibición en el festival de La Habana, el público enmudeció. Frente a ellos, en la isla socialista, se había proyectado el corto mexicano Vengeance in mine, hablado en inglés.
El corto, proveniente de un joven director mexicano que estudiaba en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la UNAM, causaba revuelo.
A pocos les importó que en 33 minutos se contara la historia de un hombre de la década de los 30, dedicado a hacer fechorías a cada instante.
El resultado de ese trabajo fue la baja del CUEC (por sus siglas) del director Luis Estrada (El infierno) y del fotógrafo Alfonso Cuarón (Gravedad).
Otro nominado al Oscar, Emmanuel El Chivo Lubezki, era ahí asistente.
El hecho ya forma parte de la leyenda de los cineastas mexicanos, que ya no tocan. Tampoco lo hace Marcela Fernández Violante, entonces directora del plantel universitario.
Estrada y Cuarón continuaron su carrera fuera de la escuela. Lubezki continuó en ella, terminando su proceso, incluso ha regresado ocasionalmente a dar pláticas magistrales.
Poca gente ha visto Vengeance in mine. Apenas un puñado de personas que asistieron a la pasada edición del Festival Internacional de Cine en Guadalajara, que celebró así los 50 años del Centro Cinematográfico.
Ahora se estudia la posibilidad de sacarlo a la venta.
Al final de la proyección en el FICG el público, en la sesión de preguntas y respuestas, dijo que no veía razón para la expulsión de ambos estudiantes.
Reacción contraria en Cuba.