La mezcla de batería, bajo, trompeta, saxofón, entre otros instrumentos que incluyen también el scratcheo de un DJ, son elementos que conforman la fuerza de esta banda que no se encasilla en un solo género, ya que los integrantes prueban con distintos ritmos que van desde ska, reggae, jazz y soul, hasta llegar al rock.
Andrea Sánchez, Jaime Zaragoza, Samuel Flores, Gustavo Martínez, Luis Antonio Álvarez, Mauricio Rangel, Salvador Reyes, Juan Pablo Álvarez y Abimael Ledesma son los integrantes de Tha Aps y The soul band, quienes desde hace siete meses han buscado la manera de impulsar su proyecto.
La banda ha estado presente en festivales locales como “La Feria de la barbacoa y nieve” en Hércules; en el “Club Latino”, con Secan; “Chicago Test” y en la “Board triper”, un colectivo de muralistas.
EL UNIVERSAL Querétaro acudió a su estudio y centro de reunión, en donde todo cobra sentido, y durante una plática relajada, algunos de los músicos compartieron detalles acerca de su propuesta, contando desde las dificultades hasta los logros que han conseguido, gracias a la suma de esfuerzos.
¿Cómo nace la agrupación?
Andrea: Surgió al finalizar un semestre, cuando estábamos saturados de la universidad y fastidiados de estar tanto tiempo en la computadora, Jaime sacaba su guitarra y yo ponía mi voz para desestresarnos un poco; de ahí empezamos a aterrizar ideas de cómo nos gustaría que sonara un proyecto como el que ahora tenemos, después me encontré a Samuel y poco a poco nos fuimos uniendo todos hasta llegar a lo que actualmente es la soul band.
¿Qué hay detrás de sus letras?
Andrea: Yo soy la compositora y puedo decir que busco llegar a la gente de alguna manera para transmitir un poco de enseñanza o filosofía de vida a través del hip hop; busco expresarme y decir lo que siento de alguna forma y que sin darnos cuenta se convierte en una onda social. Tampoco me gusta callarme y trato de liberarme con la música.
¿Hay algún escenario que busquen pisar en el futuro?
Samuel: Todos son únicos y especiales, cualquier escenario en el que estemos tocando es igual de importante que los otros, claro que la idea es trascender en Querétaro, México y por supuesto, fuera del país.
¿Cómo se desarrolla su género en la escena musical actual?
Sam: Puedo decir que no tenemos un género en específico, ya que se trata de una fusión de lo que cada uno trae. Con saxofón, guitarra, bajo eléctrico, scratch y otros elementos se puede hacer una mezcla de cualquier ritmo, no nos definimos en el ska, soul o punk; es música del alma que entre todos se va a haciendo un ritmo y va abriendo camino en la escena.
¿Cómo se complementan?
Salvador: Es muy interesante, tengo poco tiempo de haberme integrado pero puedo apreciar que la interacción de todos es muy buena, me ayudaron a conocer más del proyecto para entender y aportar algo propio. Son músicos de verdad, que se manejan con partituras y todo. Una parte es como se lleva el grupo en general y otra más musicalmente hablando, sin duda tienen nivel, eso se alcanza al acoplarse.
¿Qué proyectos hay en puerta?
Luis: Estamos preparando el disco, que es la carta de presentación para abrirnos camino a festivales más grandes. Ya tenemos algunas canciones, pero seguimos en el proceso creativo.
¿Es difícil para ustedes como grupo emergente sacar adelante a la banda?
Jaime: Sí, porque no aspiramos a la fama como tal, buscamos que la música le llegue a la gente de corazón. Sí hay apoyo entre todos, pero también se trata de irle rascando en muchos aspectos.
¿Cuál es el mayor reto al que se han enfrentado?
Andrea: Permanecer juntos, a veces suele ser un problema ensayar o reunirnos. Cualquier actividad artística, ya sea bailar, tocar o cantar conlleva intentarlo una y otra vez hasta que te salga, todo aquello grande a donde quieras llegar, se busca a través de la disciplina y constancia, es respeto a tu trabajo y a tu persona. El reto también es aterrizar qué es lo que deseas compartir y saber qué quieres que se escuche.
¿Qué les deja estar arriba de un escenario?
A: Es una responsabilidad fuerte porque sabes que muchos se van a identificar con tu música y tu filosofía de vida. Cuando estoy arriba de un escenario trato de superarme a mí misma, es un reto, porque no sólo es a través de mi voz, ya que los que hacen juego musical detrás deben complementarse conmigo y yo con ellos, tenemos que lograr una conexión con el público, lo cual es un ritual y saberlo manejar es un arte.
¿De qué manera podría influir su música en la sociedad?
Luis: Depende de lo que dices, hay quienes van a seguirte, ya sea que hables de violencia o drogas, que no es nuestro caso, y van a jalar hacia ese rollo, pero si hablas de cosas buenas puede ser que los arrastres hacia algo bien.
Sam: Cada vez que uno está arriba transmite con sonidos, beats, palabras que tienen mucho que ver con lo que experimentamos en la vida y lo que conocemos. Debemos tener cuidado, seleccionar los versos con los que se habla; bien nuestra música puede ayudar a sanar o hasta enfermar, sin duda es un cambio de energía entre el que lo hace y la persona que lo recibe.