Mole negro, coloradito, tasajo, queso de bola, sopa de guía, chocolate en agua y tlayudas con asiento de manteca, son algunos de los platillos típicos de Oaxaca, uno de los grandes orgullos mexicanos, sinónimo de paraíso gastronómico, de riqueza cultural, y por supuesto, de La Guelaguetza, la cual se celebrará del 21 al 28 de julio.
Poseedor de una gran herencia culinaria, esta entidad sureña es cuna de grandes exponentes de la cocina, como los chefs Alejandro Ruiz, de Casa Oaxaca; Abigail Mendoza, de Tlamanalli; y José Manuel Baños, de Pitiona, quienes denotan su orgullo gastronómico en cada uno de sus platillos.
Nacido en Pinotepa Nacional, región representada por los sones y las chilenas, José Manuel Baños también se ha dado a la tarea de traer la riqueza culinaria de su estado a la ciudad de México, específicamente en El Chapulín, restaurante de cocina mexicana que recién abrió sus puertas en el Hotel Presidente Intercontinental del Distrito Federal.
Con cada platillo, el chef ofrece a sus comensales la experiencia de traer a la memoria diferentes puntos de la República, como su natal Oaxaca, así como Yucatán, entre otros.
Lo importante para José Manuel es que la gente disfrute de la cocina y les resulte una gran experiencia, como si visitaran el lugar, cuna de cada platillo, como una quesadilla de tasajo, una sopa de frijol o un mole amarillo con venado.
Aunque es una grata experiencia viajar a través de los sentidos y transportarse a algún lugar, gracias a los olores y los sabores de la cocina, la magia aumenta cuando se está en Oaxaca.
“Viajar a esta ciudad para conocer sus joyas naturales como el Árbol del Tule, sus monumentos arquitectónicos como la iglesia de Santo Domingo, su herencia prehispánica como el mezcal, y tantas virtudes, es recomendable en cualquier época del año, pero si también se quiere vivir la Gelaguetza ahora es cuando, comenta el especialista gastronómico.