La colorida decoración es sólo el inicio, ya que Úkü ofrece deliciosos desayunos como los clásicos huevos revueltos o unos exquisitos chilaquiles con salsa de guajillo, además de los infaltables antojos dulces como waffles y malteadas.
Con tan sólo tres meses funcionando, el lugar ya cuenta con buena respuesta en las redes sociales, su página de Facebook está llena de buenos comentarios en donde se habla del buen sabor y calidad de los platillos y sobre todo, del gran servicio que brindan los fundadores Fernando Alcalá y Lorena López.
La pareja decidió aventurarse con este proyecto luego de meditar sobre su estilo de vida, ya que las labores de oficina no los hacía felices por completo. Fue por eso que unieron sus talentos y fuerzas para crear el proyecto ideal para ambos: él tiene la facilidad por los negocios y ella, pasión por la cocina.
“Hicimos esto tras ver la necesidad de que existiera un lugar rico para desayunar, en el que la gente obtuviera calidad, servicio y productos buenos, a precios accesibles para cualquier tipo de presupuesto. Además teníamos la idea de un proyecto juntos”, relata Fernando.
El objetivo principal es brindarle a los comensales una experiencia de tranquilidad y basados en este concepto, surgió la juguetona y colorida decoración del lugar que a juego con el mobiliario de madera y las plantitas sobre las repisas de las paredes —con detalles hechos por los mismos fundadores— los visitantes pueden encontrarse con un ambiente relajado.
Otro de los puntos principales es que la gente vea lo que se está preparando y la manera en la que lo hacen, por ello Úkü tiene una cocina expuesta que emana los deliciosos olores de los platillos, logrando que los ingredientes puedan saborearse incluso antes de degustarlos.
La carta está basada en lo que ellos aseguran que comerían diariamente: waffles, chilaquiles, malteadas, crepas, paninis, jugos, tés, fruta y pan; todo con un toque diferente puesto por Lorena, la encargada de la cocina, quien busca preparar platillos caseros pero con un sabor especial que no encontrarás en otro lugar.
Aunque su elemento fuerte son los desayunos, por las tardes también ofrecen un menú especial que puede ir desde 50 hasta 80 pesos, y las opciones de comida, cambian todos los días.
“Planeo el menú de la semana, transformando los ingredientes que tenemos para poder aprovecharlo todo, un día puede ser spaguetti con albóndigas y después algo más oriental con arroz; otro día más mexicano con unos tacos dorados o hemos hecho cosas no tan clásicas como pizza, básicamente lo que se nos vaya antojando, es lo que hacemos”, explicó Lorena.
Por otra parte, los jóvenes apoyan el consumo local al adquirir pan artesanal, tortillas y queso de los productores del centro. En cuanto a vegetales tienen su propio huerto en el que cosechan calabaza, espinaca y zanahoria, entre otros.