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Sus canciones siguen siendo un espejo en donde su público puede reflejarse, por lo que de esa retroalimentación es que La Maldita Vecindad y Los Hijos del Quinto Patio encontraron el momento idóneo para conectarse de nuevo entre ellos, negando, eso sí, que este reencuentro sea por negocio, sino por las ganas de trabajar y celebrar 30 años de carrera.
“Haciendo memoria, hace cuatro años dijimos que íbamos de vacaciones después de 25 años de carrera ininterrumpida; estos años nos sirvieron de reflexión y para proyectos individuales. Obviamente en este proceso decidimos de una manera totalmente autónoma que era el momento de reunirnos para hacer una serie de conciertos, sacar discos y contenidos que queríamos editar y no lo podemos hacer individualmente sino a través de esta colectividad”, expresó Pato.
“No es agotar las plazas o decir que es un concierto de despedida, es un cierre de ciclo que apertura otro. Nos encontramos que hay un cariño que no desconocíamos, pero que a pesar del tiempo sigue ahí y trasciende las generaciones. Una manera de corresponder con ese apoyo es darles conciertos y acompañarla de una serie de contenidos cerrando un ciclo”, agregó.
Entre los planes de la agrupación está la edición del DVD que se grabó en vivo durante su reencuentro en el Vive Latino, esta reunión los expuso a la necesidad de entrar en una nueva etapa de trabajo con distintos proyectos como el pensar en un Unplugged, hacer un documental o dar a conocer un álbum inédito que grabaron en 1994 y les quedó pendiente.
“Si eso lo hubiéramos pensado en momentos que no hubiera un apoyo, de una independencia a través de las redes sociales, por ejemplo, yo creo que sería muy difícil porque tendríamos que estar dependiendo de una disquera y una burocracia que ahorita no queremos. La independencia nos da un camino maravilloso para estar sacando contenidos”, indicó.
Durante aproximadamente dos horas y un setlist que repase su discografía, además de tocar los distintos tributos a los que han sido invitados, se presentarán hoy en el Plaza Condesa en el inicio de su gira “XXX años de paz y baile”, con la cual recorrerán diversos estados de la república mexicana y Estados Unidos, aunque cuentan con propuestas para el 2015 en Sudamérica.
“Es poner a Maldita como nunca la hemos visto o escuchado; la banda suena increíble y estamos muy contentos ensayando. El trabajo del grupo nos entusiasma mucho porque estamos trabajando súper rápido para concretar canciones, nos dan muchas ganas de estar grabando y en ese sentido nuestro estado de ánimo es positivo y creativo”, dijo Pato.
Un equipo creativo los ha ayudado a redimensionar sus canciones en un show que contará con un espectáculo de iluminación gracias a su trabajo con un ingeniero y será apoyado con audiovisuales —desde videoclips viejos hasta nuevos diseños ad hoc para cada canción— para echar mano de la tecnología y así desarrollar una presentación de alta calidad.
Para ello han ensayado diario en jornadas que van desde la mañana hasta la tarde, donde también se reúnen platicar sobre los visuales, intercambiar opiniones y hasta salen los “palomazos”.
En sus 30 años de carrerala agrupación ha atravesado por diferentes situaciones que van desde el cambio de integrantes, hecho que dio pie a nuevas aportaciones, hasta los aprendizajes de los viajes. Algo que les satisface es que no han perdido la capacidad de asombro, por lo que están abiertos a opciones y a la visión de las nuevas generaciones.
“Seguimos con un sonido identificable, pero que también ha evolucionado conservando algunos hilos conductores como son la música de fusión, el trabajo colectivo, las letras a través de crónicas y el espíritu festivo. Pensamos que la festividad en el trabajo de Maldita es el reflejo de nosotros y el ángulo con el que queremos ver la vida; aunque la situación esté trágica o difícil, siempre pensamos que hay una salida positiva, llena de alegre rebeldía”, refirió.
La Maldita Vecindad apareció en la escena en 1985, pero fue con el lanzamiento de su segundo álbum El Circo (1991) que superó el millón de copias tan sólo en México, que se dio la posibilidad de asistir a festivales alrededor del mundo y convertirse en un emblema del rock mexicano.